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jueves 23 de febrero de 2023
«Residuos peligrosos», la categoría que solicita GTE para baterías de vehículos eléctricos en México
Se trata de una recomendación que mejoraría las condiciones de seguridad, transporte y también para su reciclaje. ¿Qué es lo que hay que modificar?
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El sector público, privado y académico convino, a través del Grupo de Trabajo para la Electrificación del Transporte (GTE), que lo deseable es modificar la NOM-052-SEMARNAT-205 a los fines de categorizar a las baterías como “residuos peligrosos”. 

Se definió como actores relevantes a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), al Congreso de la Unión, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), sectores académicos e industriales. 

Cabe aclarar que la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR) establece las distintas categorías en donde ingresan los residuos, mientras que son las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) las cuales califican a los mismos. Cabe aclarar que los Estados y municipios son responsables de elaborar instrumentos para prevenir y gestionar los residuos de sus territorios. 

En ese sentido, para este caso, las NOM son emitidas por la SEMARNAT. En la mencionada anteriormente, se denomina a las baterías como “residuos de manejo especial”. 

“Revisar y actualizar la normativa relativa al tratamiento para disposición de baterías en conformidad con las mejores prácticas internacionales”, afirman desde el GTE. 

Asimismo, ejemplifican con casos del Reino Unido, donde estos insumos se encuentran regulados bajo la categoría propuesta. 

La modificación, según los participantes del grupo, implicaría una mejora en el transporte, condiciones de seguridad en el lugar de trabajo, almacenamiento, protección al consumidor y al medio ambiente, así como para un mejor y más eficiente reciclaje. 

En sintonía con esta expresión, la SEMARNAT ya confirmó que se convocará “a principios de 2023” a distintos actores para trabajar en este sentido y comenzar a tramitar nuevas condiciones normativas para las baterías de vehículos eléctricos. 

A su vez, en materia ambiental la electromovilidad se presenta como un arma de doble filo, toda vez que no se gestione la segunda vida de las baterías. Esto se debe a que al reducirse al 80% o 70% de su capacidad, estas ya no están en condiciones para alimentar a un vehículo eléctrico de forma satisfactoria. 

Aun así, teniendo en cuenta el volumen y la edad del parque vehicular eléctrico en el país, la deposición de las baterías no representa un problema. Sin embargo, se trata de una medida que aportaría en términos ambientales y económicos. 

Esta encuentra como contexto la presentación de una estrategia internacional del gobierno de la federación: el Plan Sonora, que comprende el desarrollo de la explotación de litio para la fabricación de baterías eléctricas y la promoción de la electromovilidad. 

“Los principales componentes de las baterías son el litio y el grafito. Los dos los tenemos aquí en Sonora”, aseveró Alfonso Durazo, gobernador del Estado. 

 

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