Que el futuro de la movilidad pasa por la popularización de los coches eléctricos, prácticamente nadie lo duda. Impulsados por Tesla, los principales fabricantes de automóviles del mundo están invirtiendo miles de millones de dólares en el desarrollo de estos vehículos, con la vista puesta en la transición energética prometida para los próximos años.
Pero la falta de coordinación para la implementación de este sistema en el país hace que la transición de un sistema de movilidad contaminante a uno sustentable aquí tome tiempo y se vuelva costoso. Los interesados en entrar en este mercado pierden el tiempo debatiendo el viejo dilema del huevo y la gallina.
Al fin y al cabo, ¿deberían estar primero los coches eléctricos, fomentando así la instalación de la infraestructura necesaria para recargar estos vehículos? ¿O tiene que ser al revés, primero los puntos de recarga, para luego vender coches?
Ante este dilema, 99 se unió a otras ocho empresas para lanzar este lunes la Alianza por la Movilidad Sostenible, una iniciativa que tiene como objetivo impulsar la producción y adopción de autos eléctricos en Brasil y establecer la infraestructura necesaria para garantizar que las personas puede conducir estos vehículos y poder recargar sin dificultades.
La idea es unir varios puntos de la industria, desde las automotrices, pasando por las empresas de alquiler, aplicaciones de transporte y suministro, para apalancar el desarrollo de todo el ecosistema del vehículo eléctrico, combinando el huevo y la gallina.
“La Alianza trae el mejor escenario, con los autos eléctricos llegando al mismo tiempo que la infraestructura”, asegura Davi Bertoncello, socio de Tupinambá Energia, operadora de puntos de recarga de vehículos, una de las empresas que integran la iniciativa, junto con Caoa Chery, Ipiranga, Movida, Raízen, Unidas y Zletric, red de recarga de coches eléctricos.
El grupo está pensando en grande. Uno de los objetivos es aumentar la participación de vehículos eléctricos entre los autos nuevos al 10% de las ventas para 2025. Actualmente, la tasa es del 2%. Otro objetivo es crear 10.000 estaciones de carga públicas en todo Brasil para 2025, un fuerte aumento en comparación con las 1.500 estaciones actuales.
“En Brasil, como en otros países, el coche eléctrico estaba y sigue estando muy enfocado en el mercado premium. La iniciativa alienta a los fabricantes de automóviles a buscar también autos utilitarios más baratos, que tienen un enorme potencial para acelerar el mercado de la electrificación”, agrega Bertoncello, quien también es director de infraestructura de ABVE (Asociación Brasileña de Vehículos Eléctricos).
Antes de la coalición, 99 tiene la intención de utilizar a sus casi 750.000 conductores asociados para proporcionar escala, estimular la demanda de autos eléctricos y negociar mejores márgenes de costos de producción con los fabricantes de automóviles y mejores condiciones para alquilar este tipo de vehículos. El objetivo de 99 es lograr cero emisiones de carbono para 2030 y tener el 100% de su flota, a través de conductores asociados, de autos eléctricos.
“Cuando se trata de conductores de aplicaciones, las empresas de alquiler son muy importantes, porque más del 70% de los conductores alquilan los autos que conducen”, comenta Bertoncello.
La iniciativa se basa en la experiencia de la matriz de 99, Didi Chuxing, en China, donde tiene una coalición similar, asociándose en más del 30 % de todas las estaciones de carga públicas y fomentando el uso de autos eléctricos entre los conductores en sus plataformas.
Según Bertoncello, el objetivo es involucrar a más y más socios a lo largo del tiempo: “La idea es formar una hélice cuádruple, con todos mirando la movilidad eléctrica, el sector privado, el gobierno, la academia y los consumidores”.