La empresa internacional gerenciadora de transporte público, Grupo Metropol, inició este año operaciones con su primera experiencia en Chile, que incluye alrededor de 318 buses eléctricos.
En diálogo con Portal Movilidad, Nicolás Rodríguez del Solar, gerente general de Grupo Metropol Chile, analiza el funcionamiento del sistema en estos primeros meses y, en particular, la experiencia con buses eléctricos.
En cuanto a buses eléctricos ¿cuál es el balance de la operación de esta tecnología en el país?
Hoy existe un amplio consenso en el país sobre desarrollar, masificar y generar formas de movilidad que sean menos contaminantes con el medio ambiente y más amigables con la comunidad. Los buses eléctricos son precisamente parte de esta solución: además de ser una solución innovadora para reducir nuestra huella de carbono, son silenciosos y suaves en su andar.
Si bien es una tecnología nueva, los equipos de soporte y operaciones cada día dominan mejor el proceso general y pueden prestar un servicio seguro y de calidad. Los buses eléctricos son ampliamente aceptados y valorados por las y los usuarios que los utilizan. La misma aceptación y comodidad para las y los conductores.
¿Qué los diferencia de una flota a combustible fósil?
Este tipo de buses requieren de más y mejor coordinación en la operación, pues los tiempos de carga obligan a estar más en contacto con el bus.
¿Cuántos son los e-buses que ya están operando y cuantos faltan sumar?
Desde que comenzamos la operación en Santiago de Chile, en diciembre de 2022, ya estamos operando 133 buses eléctricos a marzo de 2023, todos modelos Foton U12. Los buses eléctricos unen las comunas de Renca con San Bernardo y las comunas de Puente Alto con Huechuraba.
Hacia fines de abril habremos incorporado 185 buses eléctricos más, totalizando así 318 buses eléctricos.
¿Se encontraron ante alguna dificultad o desafío que no estaba previsto?
El mayor desafío está relacionado con el cambio de paradigma en la operación de los buses. Hoy es necesario una coordinación mucho más fina entre los actores en el terminal: operaciones, electrobomberos/as (que antes no existían), mantenimiento, conductores y conductoras. Estos equipos generan una dinámica de trabajo muy sistematizado durante todo el día.
¿A qué se debe?
La razón principal es que las horas punta en la mañana y las de la tarde exigen una flota de buses cargada. Este proceso está planificado en torno a una logística para la carga en las horas previas que los buses a diésel no necesitan. La carga a diésel es más simple, intuitiva y mucho más rápida.
¿Y en cuanto a planificación?
La planificación al interior del terminal eléctrico implica muchos movimientos entrando y sacando buses de los cargadores y tiempos de espera que son considerables. Sin una planificación exhaustiva se puede afectar la frecuencia, esto si el bus no tiene su carga correcta, carga que tarda cerca de seis horas.
¿Cómo lo resuelven?
Tenemos un modelamiento que optimiza la infraestructura y los tiempos de las personas que trabajan en el terminal, pero cualquier descoordinación puede generar dificultades en la salida a tiempo de las máquinas.
¿Para cuándo está prevista la finalización del electroterminal restante?
El 22 de abril, inauguramos nuestro último terminal, totalizando así cuatro electrominales: Condell, en Renca, Pie Andino y Juanita, en Puente Alto, junto al mencionado anteriormente, Santa Marta en Huechuraba.
¿Qué modelo de carga están utilizando para suministrar a los e-buses?
Utilizamos un cargador Infy Power, el que, a través de la carga tipo DC, tarda unas seis horas en cargar un bus.
Se realizan, por ejemplo, una carga lenta nocturna y cargas on-demand durante el día. Dos veces por semana, se llevan adelante cargas especiales de ecualización, que permiten una mantención de la batería y evitar una degradación prematura de los sistemas de los buses.
Según esta experiencia, ¿estarían dispuestos a participar en nuevas licitaciones de buses eléctricos en el país?
Estamos recién comenzando nuestras operaciones en Chile, con solo tres meses en las calles de Santiago. Por eso, primero estamos asegurando el contar con aperturas graduales y operaciones exitosas, sin olvidar a los servicios de excelencia que queremos entregar a las millones de personas que viajan en el transporte público.
También alcanzar una operación de alto estándar, con frecuencias que les permitan a las personas planificar sus tiempos y movilizarse con puntualidad a sus destinos. Dicho esto, estamos muy interesados en seguir ampliando nuestra participación en la electromovilidad, además que tenemos cada día equipos mejor preparados para entregar un servicio responsable y seguro.
¿Qué conclusión obtienen de los primeros meses de operación en el país?
El sistema de transporte RED de la ciudad de Santiago está haciendo un esfuerzo gigante por dotar a las personas de buses nuevos, de última generación, con un servicio para movilizarse de calidad.
¿Era como lo esperaban?
Tiene dificultades que nosotros consideramos más profundas: el vandalismo reiterado a buses -los que afectan directamente en la óptima frecuencia-; la disminución de la demanda tras la pandemia y que sigue sin recuperarse, tal como lo han planteado actores relevantes del sistema. Y, finalmente, la evasión en el pago del pasaje.
Todos problemas que están en la mira y gestión de las autoridades y todos quienes participamos en la licitación de las unidades de recorridos debemos colaborar para enfrentarlas, superarlas para el bien común de la ciudad y la movilidad digna de las personas.