Si bien el sector privado ha sido uno de los players que más impulso ha brindado a la transición cero emisiones, la realidad es que el rol de las autoridades gubernamentales y las condiciones licitatorias son claves al buscar fomentar la electrificación, en especial, en el transporte público.
“Considerando que un bus eléctrico de 80 pasajeros equivale a 60 coches aproximadamente, debería tratarse la incorporación de este tipo de unidades como una política pública”, asegura Andrés Jaramillo, CEO de VGMobility, en diálogo con Portal Movilidad durante el ciclo Personalidades.
Y agrega: “Podemos tener más electrocorredores. Esto no le va a costar más a las ciudades, especialmente teniendo en cuenta cómo están los precios del gas a nivel mundial”.
En ese sentido, Jaramillo explica que si las condiciones de las licitaciones son ajustadas, se facilitaría la incorporación de buses eléctricos a las flotas.
Para esto, considera que, en primer lugar, son necesarios lugares de parqueo con sistema eléctrico, a la vez que las ciudades ayuden a que el sistema eléctrico llegue a los sitios de aparcamiento.
Segundo, advierte que es importante que los tiempos de los contratos se acomoden. Es decir, alargar los contratos a 14 años sería una estrategia inteligente, considerando que uno más corto no permite amortizar el costo inicial de una unidad eléctrica.
Cabe destacar que cada vez más Gobiernos locales se suman a la transición, estableciendo metas y objetivos ambiciosos de descarbonización.
Uno de ellos es el de Bogotá, que contará con 1.485 buses a fin de año. El proyecto ya superó la puesta en circulación de más de 1.000 unidades y con el correr del tiempo se han ganado varias lecciones durante el proceso de licitación.
De hecho, el exsecretario de movilidad, Nicolás Estupiñan, destacó la aprobación del acuerdo distrital en el que se dispuso que a partir de enero del 2022 dejarían de licitarse adquisiciones de vehículos que no porten tecnologías sustentables a las flotas de transporte público.
Y tal como explica Jaramillo, las licitaciones podrían encontrar mejoras.
“Debemos ser cuidadosos en tratar de pensar qué tiene sentido desde el punto de vista de las operaciones y qué podemos ajustar en la electrificación”, señaló el exfuncionario.
Pensando en el próximo cambio gubernamental que se avecina, Jaramillo sostiene: “El transporte es un servicio público vital, las ciudades necesitan transporte. Todos lo necesitamos, no importa de qué partido somos. Lo mismo sucede a nivel de medio ambiente y energético”.
“Creo que no van a haber cambios en estas políticas y que el transporte seguirá siendo clave para el desarrollo de las ciudades”, cierra.
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