La licitación de provisión de flota para el sistema Red, en Santiago, recibió la semana pasada las distintas ofertas que decidieron presentarse. Son varios los datos que llamaron la atención cuando se abrían los sobres con las distintas propuestas. Tamara Berríos, Country Manager de BYD Chile, realiza para Portal Movilidad una lectura de los datos relevantes del proceso hasta el momento.
En primer lugar, Berríos remarcó: “Es positivo que una autoridad se organice para realizar una licitación y que tenga propuestas”, al tiempo que aseguró que la primera gran barrera son las ofertas y en este caso está superada.
Destaca que las ofertas que se presentaron corresponden a aquellas marcas que dominan las calles de Santiago, en su mayoría vehículos diésel de fabricantes europeos y brasileños, y dos marcas chinas de buses eléctricos.
Las exigencias de la licitación demostraron que estaba hecha para empresas maduras en el mercado y que tienen la posibilidad de conseguir el financiamiento a la altura de lo que se pidió. Es lo que finalmente ocurrió, tanto para el caso electromovilidad como para diésel.
Que las ofertas hayan sido de los actores que ya son parte de este mercado es una señal de que se quieren seguir quedando tanto en diésel como en eléctrico. “Es una respuesta del mercado a la decisión a licitar y de que oferta hay”, mencionó Berríos.
Otra lectura que se refleja ahora que se conocen públicamente los oferentes es que al menos se va a tener el estándar que hoy día ya existe en la calle.
No obstante, es evidente que faltó inclusión de marcas que no estuvieran en el mercado y que pudieran haber visto la oportunidad de ingresar, quizás las condiciones de la licitación no lo permitieron, sumado a la situación mundial de contracción económica y los riesgos que puede traer. Y agrega: “A pesar de que creo que la expectativa era ampliar el espectro, llegaron los actores que hoy día están en el mercado y que por ende lo conocen”.
Por otra parte, es relevante que en la instancia de precalificación sólo se hayan presentado dos (las que más buses tienen circulando) de las al menos cinco marcas de buses eléctricos que hay en Chile.
En este punto, la Ingeniera de Transporte analiza: “Hay una señal súper potente de que se necesita una serie de incentivos para el mercado de buses eléctricos que quizás no estuvieron, porque si no se habrían presentado más marcas”.
Por otro lado, es para destacar que no se presentó ninguna de las empresas energéticas que están metidas en electromovilidad, es decir, ni Enel ni Engie, firmas que históricamente fueron parte de este negocio y habían mencionado públicamente su intención de participar.
En este sentido, Tamara Berríos lo advierte como: “una suerte de agotamiento de un modelo financiero asociado a empresas que no son del área financiera o una segunda etapa en esta misma área financiera donde se requiere una robustez que solamente la tienen inversionistas o instituciones financieras”.
Además, esta licitación imponía un desafío: convencer a un financista en un escenario incierto sin saber cuándo, a quién, ni cuántos buses se van a vender.
Por otra parte, Tamara Berríos mencionó: “Es una licitación distinta porque aquí la gran apuesta del gobierno fue hacer la separación entre la provisión de flota y la operación” y aseguró que con la apertura de las ofertas se obtiene una visión clara de cómo se configura la competencia.
Como marca, BYD optó por presentarse a dos de las tres categorías de buses. Se trata de la A y la B que se diferencian por el tamaño del bus y la capacidad. En una presentaron un bus de 10,5 metros y en la otra el típico de 12 metros, que se ajustó a los requerimientos de la licitación y que corresponde a la categoría en que BYD tiene 435 buses en circulación en Santiago.
“Esperamos dar la señal de que como marca vamos a seguir participando en los procesos del gobierno sean licitaciones o renovaciones de flota”, dijo Tamara Berríos y concluyó: “Estamos disponibles para los negocios de la electromovilidad y demostramos que nos adaptamos a las distintas condiciones”.