La propuesta de ley de baterías que salió el 10 de diciembre del 2020 de la Comisión Europea tendría efecto directo en los 27 países que la conforman y de manera indirecta en los países con los que se mantienen relaciones comerciales como lo son Argentina, Chile y Bolivia por el Triángulo del litio.
Durante el 2021 esta regulación deberá ser discutida y modificada o aceptada por el parlamento europeo para que entre en vigor a partir del 2022.
Por tal motivo, Cecilia Mattea, oficial de vehículos limpios en Transport & Environment (T&E), destaca: “Es la primera ley a nivel global que intenta brindar sostenibilidad al mercado de las baterías, tanto industriales como para vehículos eléctricos”.
La normativa establece estándares de baterías y por primera vez requieren pasaporte que indique en detalle la información de la tecnología ya sea su estado, el origen y cómo fue fabricada.
Asimismo, se debe garantizar que el material llevado a Europa no haya tenido consecuencias negativas en las comunidades indígenas, el medio ambiente ni la salud de los trabajadores del lugar de fabricación. Por tanto, implica un impacto directo en el triángulo del litio conformado por Argentina, Chile y Bolivia.
“Que las empresas tengan que comenzar a declarar el proceso de las baterías y su huella de carbono ayudará a desarrollar las energías renovables en Latinoamérica”, menciona Mattea a Portal Movilidad.
Otra novedad son los objetivos de reciclaje. En un contexto de vehículos eléctricos se requiere que se entreguen todas las baterías para no tener desperdicios. Las metas de reciclaje establecidas son para litio, cobalto, niquel y cobre.
Hacia 2025 debe estar recuperado el 90% del cobalto, niquel y cobre y el 35% del litio. De cara al 2030, 95% y 70% respectivamente. Para esa fecha también se estipula que las nuevas baterías contengan material reciclado.
En tanto, sostiene: “Los objetivos están bien, pero podrían ser mejores porque la tecnología actual permite recuperar el 90% del litio”.
No obstante, resalta que “es un gran paso porque por primera vez se reconoce la importancia de la tecnología” y agrega: “Lo que se quiere lograr es reducir la dependencia de materiales vírgenes y seguir extrayendo”.
Otro eje a tomar en cuenta es el incentivo a la producción cercana a las fábricas de coches de vehículos eléctricos lo que puede tener como resultado que se realice en Europa y se reduzcan los costos en el transporte.
“El mercado tiene que ajustarse y las automotrices tienen que comprar a quienes le garanticen la tecnología limpia”, refiere la experta.