La producción de litio de Chile se duplicará para 2030, impulsada por una mayor demanda de la industria de electromovilidad, pronosticó en un estudio la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco).
Representantes de la entidad señalaron en videoconferencia, en la presentación del informe «Perspectivas del mercado del litio al año 2030», que el «crecimiento esperado de la demanda de litio depende fuertemente de la electromovilidad», y se espera que en el segmento de autos eléctricos del consumo de litio pase de 32 por ciento en 2019 a «cerca del 80 por ciento» en 2030.
El ministro de Minería, Baldo Prokurica, señaló que las estimaciones «sugieren que en los próximos años el valor de nuestras exportaciones de litio será similar al de sectores económicos altamente consolidados, como el vitivinícola».
Destacó que esto refleja «la importancia de la explotación de este recurso para el país. Este importante avance productivo nos mantendrá como un actor relevante para enfrentar el fuerte crecimiento esperado de la demanda mundial de litio».
Según Cochilco, en los últimos años la producción de litio ha ido en continuo aumento; sin embargo, la participación chilena ha decrecido desde un 37 por ciento en 2016 a un 29 por ciento en 2019.
Actualmente, Australia y Chile son los dos mayores productores del metal en el mundo, con una participación de 48% y 29% respectivamente, pero dada la mayor competencia de países como Estados Unidos, Canadá y Zimbabwe, la participación de Australia se reduciría al 31% y la de Chile a un 17% en 10 años.
Pese a esta caída, según el analista de Cochilco, Andrés González, el país sudamericano «continuará siendo un actor relevante en la industria productora de litio. El hecho que sea un productor consolidado y con una extensa historia en la industria, le concede al país la experiencia necesaria para una apropiada planificación de sus expansiones productivas».
Desde 2015, las exportaciones de litio chileno han casi cuadruplicado su valor por sobre los 1.000 millones de dólares hacia 2018, debido al alza del precio en el mercado mundial, una mayor calidad de los productos, y expansiones en las operaciones ya existentes.
En tanto, en línea con las condiciones de mercado a la baja desde fines de 2018 en adelante, los precios promedio de exportación presentaron disminuciones progresivas durante 2019.
En efecto, desde el último trimestre de 2018 al último de 2019, los precios promedio del carbonato y del hidróxido cayeron un 31 y 25 por ciento, respectivamente, situación que dio pie a un menor valor FOB (costo, transporte y derechos) en exportaciones durante 2019 respecto de 2018.
En la reunión virtual se abordó, además, el impacto de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) en la industria del litio, ante lo que González consideró que «la recesión mundial provocada por la pandemia ha implicado un crecimiento de la electromovilidad menor al inicialmente proyectado para el presente año».
Esta situación ha afectado negativamente la demanda de litio, mientras que por el lado de la oferta se han anunciado algunos retrasos en la entrada de nuevos proyectos, junto a la certeza de una menor producción en algunas operaciones actuales, lo que a su vez ha contribuido a mitigar la caída en los precios registrados desde fines de 2017.
En esta línea, se espera que a largo plazo no haya efectos significativos sobre la demanda del metal, que proyecta un crecimiento más rápido que la oferta a partir de 2025, lo que se traduciría en una presión al alza en los precios.
El informe completo se puede descargar en la página web de Cochilco.