La Agencia de noticias EFE informa que la mitad de los automóviles que se vendan en China en 2035 será eléctrico, según un informe presentado por la Asociación de Ingenieros del Automóvil de China (SAE-China) que publica la prensa local.
Este pronóstico contempla que el 95 % de esos vehículos será eléctrico puro, mientras que en el 5 % restante figuran otras categorías como los híbridos enchufables, también incluidos en el paraguas que China denomina «vehículos de nuevas energías».
Según Li Jun, presidente de SAE-China, las ventas de este tipo de vehículos supondrán el 20 % del total de automóviles vendidos en 2025, y el 40 % en 2030 antes de alcanzar el mencionado 50 % dentro de quince años.
«Se trata de una estimación relativamente atrevida», apuntó el directivo, citado por el portal de noticias económicas Caixin.
Y es que, en el acumulado de enero a septiembre, según datos de la patronal automovilística china, los vehículos eléctricos tan solo supusieron cerca de un 5,5 % del total de ventas en el país.
De cumplirse, la hoja de ruta planteada por SAE-China también ayudaría a reducir las emisiones contaminantes del parque móvil del país más poblado del mundo: según sus estimaciones, las emisiones de dióxido de carbono de la industria automovilística alcanzarán su máximo en 2028, tras lo que se reducirán en un 20 % hasta 2035.
El dossier, en cuya elaboración participaron un millar de expertos del sector, también habla de los vehículos autónomos, y prevé que en tan solo cinco años ya haya automóviles sin conductor disponibles en el mercado chino.
Y diez años después, en 2035, SAE-China espera que en las carreteras del país convivan «vehículos de conducción totalmente autónoma y normales».
El Gobierno chino ha retomado el programa de subvenciones a los vehículos eléctricos para incentivar el consumo en la segunda mitad de 2020 después de que, a mediados del año pasado, anunciase que reduciría a la mitad los subsidios o que incluso los eliminaría para los automóviles con autonomía inferior a 250 kilómetros por recarga.
El objetivo era obligar a los fabricantes a ofrecer un producto más competitivo tanto en términos de calidad como de precio, forzándoles a depender de sus ventas y no de las ayudas públicas.
No obstante, tras el desplome de las ventas de automóviles en China como consecuencia de la pandemia de la covid-19 -en el primer trimestre se vendieron un 56,4 % menos de eléctricos que en el mismo período de 2019- las autoridades decidieron recular.
Así pues, en abril se anunció un plan para ampliar hasta 2022 los subsidios, cuando su final había sido fijado anteriormente para finales de este año.
El programa contempla una rebaja más gradual de estas ayudas, de un 10 % este año, pasando al 20 % en 2021 y al 30 % en 2022.