Joe Biden está a pocos días de tomar la Casa Blanca y convertirse en el presidente 46 de Estados Unidos. Su llegada se da en medio de una polarización entre los habitantes de dicho país por las duras posturas del presidente Donald Trump en diversos ámbitos, una de ellas, las políticas ambientalistas.
Por cuatro años Trump rechazó todo tema referente al medio ambiente. Criticó a los científicos, activistas y a todo aquel que le exigiera acciones por el calentamiento global, incluso, salió del Acuerdo del París. El tiempo del republicano se acabó y ahora, Biden promete regresar al tratado y destinar dos billones de dólares en energías limpias.
El plan del demócrata inicia en la industria automotriz. De acuerdo con su estrategia para impulsar el uso de energías limpias, se comprometió a destinar miles de millones de dólares para agregar estaciones de carga eléctrica, financiar la investigación de baterías y restaurar la deducibilidad fiscal de 7,500 dólares para vehículos eléctricos.
En la industria automotriz mexicana ya esperaban este cambio. El director general del Clúster Automotriz de Nuevo León, Manuel Montoya, relató al medio local La Política Online que desde hace un par de años realizaron una planeación con la visión hacia nuevas tecnologías como el vehículo eléctrico, autónomo y compartido.
Según su estudio, para el 2025 prevén que los precios de los coches eléctricos y de combustión interna sean similares, también creen que para ese entonces sus empresas ya estarán administrando componentes a las armadoras.
«Algunas empresas del Clúster ya administran algunos componentes directamente a Tesla, ahora que están trabajando en la planta de Texas con mayor razón están buscando proveeduría en México. Tesla es una armadora nueva y de alguna manera están ampliando su volumen y en eso nos va a favorecer habrá nuevas líneas de proveeduría y las pocas empresas fabricantes TIER 1 mexicanas se están subiendo al tema del vehículo eléctrico», explicó el ejecutivo.
Y agregó: «El caso de Nemak es muy representativo porque ya tienen diversos contratos con armadoras de vehículos eléctricos para hacerles la bandeja donde van las baterías en aluminio».
Montoya consideró que los próximos cuatros años serán de trabajo para ir descubriendo hacia donde las empresas pueden ir migrando en cuestión de vehículos eléctricos. También, señaló que, no será un cambio muy radical debido a que el petróleo y la gasolina son económicos, además de que la tendencia de consumo en Estados Unidos son vehículos grandes.
«Para el 2024 ó 2025 si el desarrollo tecnológico de las baterías hacen que se vaya disminuyendo el precio, los coches eléctricos y de combustión interna van a comenzar a valer lo mismo y ahí es donde vamos poder ver que hay mayor penetración de mercado de los vehículos eléctricos, mientras tanto no», añadió.
El directivo, indicó que la industria mexicana se transformará conforme el mercado estadounidense lo vaya haciendo; y al menos, en Nuevo León, ya se han ido preparando y reforzarán la búsqueda del nicho estos cuatro años que restan.