Considerando las dificultades que hoy implica acceder a un vehículo eléctrico en Uruguay, la Guía sobre Movilidad Urbana Eléctrica, lanzada algunas semanas atrás, dispone una serie de propuestas que facilitarían al usuario la adopción de estas tecnologías.
Si bien el documento repara sobre los logros en materia de electromovilidad en el país, sostiene que hay determinadas barreras que impiden una adopción masiva de la electromovilidad.
Costo elevado de los vehículos
Se trata de la instancia más destacada del apartado. Si bien Uruguay ha desplegado en concreto beneficios variables e incentivos abocados a la reducción de los costos, para muchos, los vehículos continúan siendo inaccesibles.
La guía propone la aplicación de medidas adicionales que promuevan la gestión de proyectos innovadores abocados a la recuperación de las inversiones en el ámbito de la movilidad eléctrica.
A través de nuevos modelos de negocios, plantea instancias en las que el acceso y vínculo del usuario con el vehículo sea suplido. De esta forma, proyectan la movilidad compartida, las suscripciones y el alquiler por hora.
En cuanto al área de financiamiento, apunta que sería posible crear un marco más favorable para el usuario mediante la imposición de tasas preferenciales para créditos.
Un punto a tener en cuenta, el cual tendería a brindar mayor seguridad en el usuario y colaboraría a apartar prejuicios ante el rendimiento de los vehículos eléctricos, sería la difusión de estudios que expongan detalles del costo-beneficio en la implementación de este tipo de vehículos.
Resulta importante reconocer que con el correr del tiempo, el Gobierno ha dispuesto medidas que promovieron principalmente, el incremento de vehículos eléctricos en las flotas de transporte público.
De esta manera, a partir de 2015 fueron puestas en marcha exoneraciones de tasas globales arancelarias con el propósito de impulsar la apertura del mercado a la electromovilidad.
Así mismo, el país mantiene en gestión ciertas tasas preferenciales en las que brinda subsidios para la sustitución de ómnibus de combustión diésel a cambio de motorización eléctrica.
Pero a pesar de dichos incentivos, la penetración de vehículos aún no es significativa y en 2020 registra un 0,3% de la flota total en Uruguay.
Recambio de baterías
Siguiendo la línea de las resoluciones dentro del ámbito financiero, la guía estima implementar programas de leasing dedicado a las baterías, instancia que tiende a dificultar la inversión en movilidad eléctrica.
De esta forma, por parte de los concesionarios, se reduciría el incremento en el costo por recambio de la misma.
Las exoneraciones de la tasa global arancelaria sobre las baterías se configura como una de las medidas más recientes impulsadas por Uruguay.
Precisamente, la misma se reglamentó en 2019 como parte de las políticas del Estado, la exoneración de cargadores con y sin transformación de corriente junto a las baterías de litio en un plazo de cuatro años.
Chatarrización y recambio
Cabe mencionar que el país recientemente ha contemplado la posibilidad de llevar a cabo el retrofit. A pesar de esto, la guía prevé la chatarrización de vehículos a combustión antiguos a unidades eléctricas mediante programas de recambio.
En este caso, evalúan implementar impuestos verdes para vehículos, evaluando los años invertidos en circulación y los niveles de emisión GEI.
Oferta limitada de modelos y repuestos
El país cuenta con ofertas variadas en vehículos eléctricos de las distintas categorías y tecnologías, pero en el mercado se encuentra latente la necesidad de aumentar las opciones disponibles.
Ante esta demanda, la solución propuesta por la guía sugiere incrementar la oferta tanto en modelos como en repuestos en un periodo establecido en el mediano y largo plazo. De esta manera será posible asegurar la disponibilidad al público.