México | Buses
martes 29 de noviembre de 2022
Estudio de CEPAL erige a México como «promesa» para fabricación de buses eléctricos en Latinoamérica
Así lo determina un análisis realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe. ¿Qué le falta al país para avanzar en ese sentido?
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Un estudio publicado por la CEPAL estima que México, junto con Brasil, es uno de los países con mayor capacidad para la producción de buses eléctricos en la región

Allí, se analiza que los tres principales productos utilizados en la producción de buses de estas tecnologías son las baterías de litio, las carrocerías y los ejes motrices.

En ese sentido, en la región se destaca Brasil como un importante proveedor de carrocerías, al igual que México en el segmento de ejes para uso automotriz.

En relación a los principales productos semielaborados que se utilizan (cables de cobre, las estructuras de hierro y acero y el vidrio templado), también México se destaca como proveedor relevante.

Desde la CEPAL, se explica la potencialidad de este país para la fabricación de buses eléctricos a partir de la demanda de los insumos que produce.

Sin embargo, el documento también indica que la mayor parte de las importaciones de insumos intermedios de los países ensambladores y productores (entre ellos México), se destina a la producción de buses a combustión.

Entonces, ¿qué hace falta para concretar la producción de unidades cero emisiones?

Al respecto, la especialista y consultora de la CEPAL, Cristina Vázquez, plantea la contradicción entre la capacidad que tiene el país para generar vehículos con tecnología eléctrica y su nula apuesta al segmento, a pesar de ser el noveno en el mundo en producción de buses.

“El país tiene la presencia de varias empresas chinas, las cuales, por importación, traen al mercado opciones para estos buses. Desde 2017 se han importado 556 unidades de esta tecnología para el transporte urbano”, afirma Vázquez.

Y añade: “Aunque haya una expectativa de transición a la electromovilidad de manera progresiva y de mediano a largo plazo en el país, son necesarias políticas transversales de desarrollo”.

En matiz con estas oportunidades, aparecen algunos retos a sortear: la falta de planeación transversal, altos cortos de baterías, falta de estaciones de carga y altas necesidades de financiamiento.

También se destaca la necesidad de mayor apoyo por parte del Gobierno para poder hacer realidad esta transición.

A su vez, en el estudio se afirma que México, siendo el principal exportador regional de vehículos, destina la mitad de cada dólar exportado a la importación de insumos.

“Ello refleja su estrecha vinculación con las cadenas productivas norteamericanas en dicho sector. Argentina, Chile, Colombia y Brasil adquieren dichos componentes principalmente desde la región, en tanto que Ecuador y sobre todo México los importan sobre todo desde los Estados Unidos”, afirman los autores.

Y sigue: “Es por eso que se considera que para alcanzar la producción de buses eléctricos es necesario contar con políticas industriales y tecnológicas específicas tendientes a impulsar la integración productiva a nivel regional”.

Entre las fortalezas del país, la CEPAL valora que “existe interés en la transición”. En los últimos años se han realizado pruebas pilotos y se siguen implementando proyectos de electromovilidad en el transporte público. 

“Sin embargo, la orientación es focalizar qué sistema de transporte es correcto implementar y a qué escala. En ello encontramos varios cuellos de botella, como el seguimiento de programas especializados”, indica la consultora Cristina Vázquez. 

Y finaliza: “México cuenta con una capacidad productiva muy importante, que, si bien tiene retos, está a disposición y con una perspectiva positiva para poder atender este gran reto que plantea la transición hacia la electromovilidad”.

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