Invertir esta tendencia para poder cumplir con la senda de la descarbonización dependerá, en buena medida, de la urgente entrada en vigor de la nueva edición del Plan Moves. En concreto, según las estimaciones más conservadoras de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE) y la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (GANVAM); su activación este mismo mes de junio permitiría cerrar el ejercicio con un aumento aproximado del 55%, hasta situarse en el entorno de las 38.000 unidades.
De esta forma, y aunque las ventas de eléctricos puros de todo tipo aumentaron un 8,9% en mayo por el tirón de la renovación de flotas de motos eléctricas para responder a la demanda de los servicios de sharing, el impacto del coronavirus en este mercado ha visto truncadas sus previsiones de crecimiento para el 2020.
Así, para cumplir con las fases planteadas en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), AEDIVE y Ganvam preveían un aumento del 170% en las matriculaciones de eléctricos, hasta alcanzar las 65.000 unidades al término del ejercicio.
Sin embargo, hoy por hoy, y todavía sin incentivos a la demanda, recortan estas estimaciones hasta situarlas al entorno de las 28.000 unidades, lo que supone un discreto aumento del 15%.
Así, los datos de mayo ponen de manifiesto que el tiempo apremia, máxime cuando tras la publicación de bases de la nueva edición del Moves por parte del Instituto para la Diversificación y ahorro de la Energía (IDAE) y ante la ausencia de una gestión nacional de los fondos que agilice su entrada en vigor, cada comunidad autónoma tendrá que perfilar su propio plan.
En un contexto que exige una rápida reacción para mitigar las consecuencias de la caída del mercado y evitar así la destrucción de empleo y tejido productivo, ambas entidades recordaron también la necesidad de aprobar el texto definitivo de la Ley de Cambio Climático.
Esto se encuentra en fase de tramitación parlamentaria, para activar cuando antes la mesa de trabajo que, con la participación de los diferentes agentes del sector, permita diseñar una hoja de ruta eficaz y coordinada hacia la descarbonización.
En este sentido, que España sea capaz de atraer proyectos industriales y tecnológicos; que las Administraciones actúen como ejemplo en la transformación y modernización de las flotas; que se lleve a cabo una reforma fiscal alineada a los objetivos del proyecto de Ley de Cambio Climático; que se lleve a cabo un plan de formación y especialización de profesionales de acuerdo a los nuevos requerimientos de la automoción y la movilidad para generar empleo de calidad y para preparar a los diferentes sectores involucrados en la cadena de valor frente a los retos de la transformación digital y ecológica son algunos de los hitos inmediatos sobre los que hay que ponerse a trabajar de forma coordinada
En este sentido, pusieron en valor el papel de las asociaciones empresariales como aglutinadoras de todos los actores implicados en la consecución de los objetivos.
En opinión de Raúl Palacios, presidente de GANVAM, “escuchar al sector antes de legislar evitará distorsiones en el mercado que nos alejen de las metas fijadas y permitirá que las iniciativas se ajusten a la demanda real sin dejar a nadie atrás en esta transición”.
Para el director general de AEDIVE, Arturo Pérez de Lucia, “si la revolución industrial, tecnológica y de servicios en la automoción y en la movilidad era evidente a principios de 2020, los acontecimientos recientes en España evidencian más que nunca la necesidad de afrontar como oportunidad el reto de un mercado que se dirige inexorablemente hacia el vehículo eléctrico, conectado, compartido y autónomo”.