Tras haber cumplido ayer 17 años brindando servicio, las autoridades públicas de Ciudad de México dieron a conocer oficialmente el plan de electrificación de flota para la futura línea masiva totalmente eléctrica en el país, de la mano de Metrobús.
La línea 3 fue inaugurada en 2011 y posee 72 autobuses, en los que se transportan 190 mil pasajeros en días hábiles, que recorren 20.4 kilómetros y 38 estaciones. Un bus promedio recorre unos 250 kilómetros al día.
Por el momento, ya cuenta con diez autobuses articulados eléctricos, en operación desde agosto de 2022, pero comprenderá en total 60 unidades cero emisiones para marzo del año próximo.
“Desde la Ciudad estamos avanzando y es nuestra contribución a la disminución de gases de efecto invernadero. El avance de la electromovilidad no solo representa un avance tecnológico para todas las ciudades del mundo, sino también nuestro compromiso con el transporte público”, afirma la jefa de Gobierno de CDMX, Claudia Sheinbaum.
Un aspecto que destacan las autoridades del Metrobús es el ahorro que permitirá la renovación tecnológica.
“Un litro de diésel permite avanzar un kilómetro en estos autobuses y cuesta unos 22 pesos. En cambio, un kilovatio hora da para hacer el mismo recorrido, pero el costo es de tres pesos”, asegura Roberto Capuano, director de Metrobús, en conferencia de prensa.
Sin embargo, afirma que no será fácil realizar la introducción de estas unidades, considerando el costo inicial que implican, el cual es el doble que uno a combustión interna.
¿Cuáles son las características de los buses eléctricos de la Línea 3? Poseen baterías a bordo de 563 kWh y 507 kWh, 330 kilómetros de autonomía y capacidad para 160 personas. Son articulados de 18 metros y cuentan con puertos USB y puertas retráctiles.
Para cargar las unidades, se pactó con una empresa que colocará en el patio 32 cargadores en total: 12 de 150 kW y 20 de 180 kW. Esto implica 6050 kVA contratados a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), con quien se trabaja a la par, considerando la magnitud de energía eléctrica que está en juego.
“Nosotros hicimos un contrato de arrendamiento con una empresa que nos da la construcción, el diseño, aprobado previamente por nosotros, la operación y el mantenimiento del patio de recarga eléctrica”, señala Capuano.
Para lograr la primera línea de Metrobús eléctrica, se debe, en principio, hacer un cambio de concesión a 15 años. En ese sentido, debió modificarse la concesión de la empresa operadora para amortizar la compra de los 50 buses eléctricos.
Al mismo tiempo, las autoridades buscaron al mejor fabricante y el mejor financiamiento bancario para un crédito a 15 años.
Por último, realizaron el arrendamiento de la infraestructura eléctrica al menor costo.
“Estamos entregando un mejor viaje, que va a ser más cómodo, no va a contaminar y nos marca lo que queremos que sea la flota de Metrobús hacia adelante”, cierra Capuano.
“Este es el primer proyecto que abre el camino a cómo se puede ir haciendo la sustitución de flota de diésel a eléctrica. Las lecciones de este proyecto sirven para todo el resto del sistema de transporte”, comenta Andrés Lajous, secretario de Movilidad de CDMX.
Y concluye: “Tenemos un gran ejemplo para el servicio de transporte eléctrico que, además, al final de este año, va a tener 301 trolebuses en operación”.