El Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México compartió una visión institucional sobre las pruebas realizadas con las unidades de minibús eléctrico de ENGIE México a cargo del Mtro. Germán Carmona y su equipo de trabajo.
Las pruebas incluyen especificaciones, desempeño, consumo de energía, tiempo de recarga eléctrica y autonomía del minibús eléctrico y además la percepción de los usuarios de este concepto de servicio en un entorno controlado como lo es Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Durante tres meses, explican desde el Instituto de Ingeniería (UNAM), se evaluará el uso de este tipo de vehículos en rutas de circuitos cortos, iniciando en el circuito escolar de Insurgentes, pasando por la Alberca Olímpica, el Instituto de Ingeniería, el Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas; y retornar por las Facultades de Química, Ingeniería y Arquitectura.
Esta evaluación se llevará en coordinación con la Dirección de Movilidad de la UNAM, responsable del programa del Pumabús, esto con el fin de complementar y en su momento modificar, si así lo dicta la evaluación, las actuales rutas del transporte interno Pumabús, ya que algunas de ellas son muy largas.
Este vehículo es un minibús de acceso universal, con capacidad para 22 pasajeros, batería de 88 kWh, una autonomía de 200 km y velocidad máxima de 70 km/hr, limitada por software a 50 km/hr.
La recarga se realizará en una estación de recarga inteligente instalada por ENGIE en el Instituto de Ingeniería, con un techo solar de 32 m2 y 5 kW que permitirá compensar parte de la energía consumida y de sus emisiones asociadas.
La puerta de servicio del e-minibús se ubica detrás del primer eje, lo que permite que sea una puerta de acceso amplia en medio del minibús. Tiene un mecanismo de apertura outswing (tipo vagón de metro) dicha configuración le permite un ángulo de entrada y salida más «corto» de modo que el autobús puede maniobrar fácilmente en zonas con poco espacio.
También, cuenta con una rampa que se puede desplegar para el acceso de personas con alguna discapacidad física.
Entre las principales ventajas, se encuentra el ser de tracción eléctrica, lo que le permite operar sin generar ruido y no tener emisiones; mide seis metros y tiene una capacidad para 22 pasajeros, lo cual ayuda a garantizar alta frecuencia y tener mayor capacidad que una vagoneta, taxis o bicicletas, ofreciendo calidad y dignidad en el traslado.
El piso bajo y accesible ayuda a maximizar el flujo y reducir al mínimo el tiempo de parada. La amplitud es vital en el contexto actual, ya que antes de la pandemia, se asumía la comodidad en el transporte público como un lujo, y ahora es un elemento indispensable para cuidar la salud.
En cuestiones de seguridad, este minibús tiene gran visibilidad, iluminación e incluye equipos de vigilancia.
El Instituto de Ingeniería se asegurará que tanto el vehículo como la infraestructura cumplan con su función, ayudando a mitigar el riesgo tecnológico.
Esta entidad académica conoce a detalle el funcionamiento de baterías y puede aconsejar los protocolos de recarga y monitorear el desempeño para minimizar la degradación, a través de la vida útil de los vehículos.
La conjunción de gobierno, academia e industria (la llamada triple hélice) para la investigación aplicada es vital para solucionar los retos multidimensionales de la movilidad y las ciudades.
Posterior al periodo de evaluación en Ciudad Universitaria, se hará una segunda evaluación en la Ciudad de México, en alguna ruta por definir junto con la Secretaría de Movilidad (SEMOVI) de la Ciudad de México.
Desde ENGIE consideran que es importante contar con la asesoría y retroalimentación del Instituto de Ingeniería de la UNAM sobre la aptitud técnica de estos equipos, por lo que tiene bajo prueba en las instalaciones, equipos de recarga eléctrica y una gama de vehículos eléctricos (coche, minibús eléctrico, vehículos de reparto) para desarrollar soluciones de electromovilidad para organizaciones y empresas en México.