Luego de varios casos de éxito en América Latina, como en Chile y Colombia, Enel X lleva su plan de negocios para buses eléctricos e infraestructura de carga también a Brasil y México. Aunque, desde la compañía, aseguran que hay otros países en la mira.
La realidad es que en ambos países las oportunidades que se abren para los inversores en electromovilidad son muy prometedoras.
En San Pablo, el Gobierno local ha tomado cartas en el asunto del transporte urbano y la disminución de emisiones. De hecho, el año pasado, su alcalde, Ricardo Nunes, propuso que para 2029, los autobuses de la ciudad emitan un 53% menos de dióxido de carbono.
En ese sentido, las propuestas de financiamientos, tanto de e-bus as a service como charging as a service de Enel X pueden ser una buena opción para la transición que atravesará la ciudad brasileña.
En ambos casos, se busca darle al operador un servicio simple, seguro y económico.
Según Simone Tripepi, head of Enel X Global Retail Latin America, el modelo de negocios debe aportar garantías, para atraer al inversor y afianzar al operador. A su vez, mientras más avales brinden las ciudades, más factible será avanzar en el proyecto.
“En el caso de San Pablo, hay una garantía del 30% de todo lo que recaudan los operadores del servicio que va al financiador de los buses. Este monto alcanza para sostener a los buses eléctricos”, advierte Tripepi durante el Especial Movilidad Eléctrica en Latinoamérica y el Caribe organizado por Portal Movilidad.
Sin embargo, aclara: “En otras ciudades, no ponen las garantías completas y esto no ayuda a que las financieras se acerquen”.
Las proyecciones para el caso de México también son positivas en este sentido. Allí, a través de un fideicomiso, Enel X pronto iniciará proyectos con Metrobús.
“En cuanto funcionen las garantías, que también implican condiciones adecuadas a través del tiempo, el modelo fluirá y se podrá replicar en distintos países”, afirma Tripepi.
Enel X cuenta con dos casos particulares que aseguran la factibilidad de sus modelos: Chile y Colombia.
En el primer caso, con el “e-bus as a service” la compañía financió los buses, puso a disposición la infraestructura de recarga y la plataforma de software, y finalmente la energía.
En Colombia, al principio se entregó solo la infraestructura de recarga. El primer proyecto fueron tres patios para 477 buses eléctricos, entregando bajo este concepto el charging as a service.
Los buses, en ese momento, ya estaban bajo una licitación de la cual la firma no participó, y le entregó a Transmilenio toda la parte de infraestructura con un modelo de leasing.
En una segunda etapa, sí participaron con el e-bus as a service en una licitación que implicó 401 buses eléctricos.
“Allí se pudo implementar estos proyectos porque hubo alguien, al principio nosotros, que financió el cambio”, sostiene Tripepi.
Y cierra: “Para que alguien quiera invertir, tienen que haber las oportunas garantías para el retorno de la inversión. En Chile y Colombia, se realizó adecuadamente un mecanismo para que la prioridad de la recuperación de la inversión para el financiador de los buses esté en primer lugar”.
Si bien ahora los planes se concentran principalmente en México y Brasil, Enel X tiene pensados proyectos en Uruguay, Guatemala, Panamá y República Dominicana.
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