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viernes 24 de febrero de 2023
El «nuevo petróleo» en era de electromovilidad ¿Cómo es el tratamiento del litio en Latinoamérica?
Más del 65% del total del litio en el mundo se encuentra en Latinoamérica. Portal Movilidad releva país por país cómo se regula uno de los principales insumos para la fabricación de baterías.
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“El nuevo petróleo” u “oro blanco” se constituye como uno de los minerales más codiciados a nivel mundial para la fabricación de baterías

El precio del mineral en el mercado internacional creció cerca de un 80% en 2021, según cifras de Bloomberg, y se prevé que más de la mitad de los automóviles a venderse en países desarrollados hacia 2040 serán eléctricos.

Por otro lado, los países de Latinoamérica también cuentan con compromisos internacionales a partir de su participación en la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre Cambio Climático. 

A partir de ellos, se avizora un futuro no muy lejano donde la emergencia de las energías renovables y la transición en el sector automotriz darán como resultado la necesidad de litio en todo el mundo. 

Según el Servicio Geológico de los Estados Unidos, los cinco principales países con más reservas en toneladas de litio son: 

  • Bolivia – 21 millones.
  • Chile – 9.2 millones.
  • Australia – 4.7 millones.
  • Argentina – 1.9 millones.
  • China – 1.5 millones.
  • Estados Unidos – 750.000.
  • Canadá – 530.000.

Cabe aclarar que “reservas” no es homologable al término “recursos”. El primero refiere a que el país lo ha determinado como “económicamente viable” y encamina su explotación. El último hace alusión a la cantidad del mineral en el territorio. 

Bolivia se posiciona como el país con mayor cantidad de litio en suelo del mundo y también de reservas. Junto con Chile y Argentina, concentran el 65% del total del litio a nivel mundial. 

Por otro lado, si hablamos de capacidad de producción, cambian las posiciones. En 2021, a nivel mundial, el ranking se dispone de esta manera: 

  • Australia – 55.000 toneladas.
  • Chile – 26.000 toneladas.
  • China – 14.000 toneladas.
  • Argentina – 6.200 toneladas.
  • Brasil – 1.500 toneladas.
  • Zimbabue – 1.200 toneladas. 

Distintos países centrales “ponen el ojo” en Latinoamérica para maniobrar y sacar provecho de los recursos de este territorio. Así fue el caso de Estados Unidos respecto a China, con las declaraciones de Laura Richardson, la general jefa del Comando Sur de Estados Unidos. 

“El 65% del litio se encuentra en el Triángulo del Litio: Argentina, Chile y Bolivia. Tenemos mucho que hacer, esta región importa. Tiene mucho que ver con la seguridad nacional y tenemos que intensificar nuestro juego”, afirmó la jerarca generando polémica y alarma entre distintos actores de la región. 

Al respecto, el presidente y Fundador de la Cámara Latinoamericana del Litio (CALBAMERICA), Pablo Rutigliano, conversó con Portal Movilidad y emitió opinión. 

“El mapeo geopolítico está en ebullición. No es nada menor que la comandante sur de Estados Unidos haya salido a hablar del litio. Estamos perdiendo la soberanía”, afirma Rutigliano.

Si bien “el triángulo” es el más relevante a nivel regional, también otros países están incursionando en el litio, como lo son Brasil o México.

Este último cuenta con el «oro blanco», aunque no en salares como en Bolivia, sino que en sedimento arcilloso. Esto implica mayores costos para la extracción. Sin embargo, también es cierto que el país comparte frontera con Estados Unidos. 

A partir de esta relación que se establece entre las naciones, el gigante norteamericano demuestra interés en los recursos mexicanos a partir de sus últimas medidas a favor de la movilidad eléctrica. 

Nos referimos a la Ley Bipartidista de Empleo e Inversión en Infraestructura -que implica una inversión de 7.5 mil millones de dólares para construir la primera red nacional de cargadores de vehículos eléctricos – y la Ley de Reducción de la Inflación, la cual subsidia a los vehículos cero emisiones. 

El gobierno mexicano ha determinado la nacionalización del litio posicionándolo como un recurso estratégico. Asimismo, creó una empresa estatal llamada Litio Mx que se reserva la posibilidad de explotar el mineral. 

Actualmente, el Plan Sonora (en el Estado lindante con EEUU) se erige como una promesa para la explotación de litio, producción de energías renovables y baterías para vehículos eléctricos. 

Si nos acercamos al sur, Brasil cuenta con cuatro proyectos en proceso al respecto de la explotación de litio. Se trata de inversiones canadienses (Sigma Lithium – Lithium Ionic) y australianas (Oceana Lithium y Latin Resources). 

Si bien existe expectativa sobre los resultados de exploraciones en este territorio, fuentes afirman que el mineral se encuentra en matriz rocosa, con lo cual tendría una desventaja con respecto a las reservas ubicadas en salares. 

Allí está regulado, no pueden comprarse concesiones de forma discrecional. El litio es un insumo nuclear y, por lo tanto, impone condiciones para su explotación. 

Si hablamos de Bolivia, el gobierno lanzó su estrategia para exportar litio con valor agregado, incluyendo a dos salares adicionales al salar de Uyuni: Pastos Grandes (Potosí) y Coipasa (Oruro).

Se presentó también una empresa estatal llamada Yacimiento de Litio Boliviano (YLB), unidad que trabajará con inversiones principalmente chinas, aunque también las hay estadounidenses y rusas. 

Esta diversidad de potencias asomando inversiones en la reserva es expresión de la importancia global que tendrá Bolivia. Particularmente China tiene una ventaja: se trata de un país que prácticamente monopoliza el refinamiento y la fabricación de celdas. 

El presidente de la empresa, Carlos Ramos, advirtió que el próximo paso será reunirse con las firmas para plantear las “condiciones soberanas” con respecto al litio. La perspectiva es comenzar a operar a partir de 2025. 

Con respecto a Chile, el gobierno anunció a fines del 2022 que enviará un proyecto de ley para la creación de una empresa estatal. La iniciativa fue parte de las promesas de campaña del ahora presidente Gabriel Boric con el objetivo de ofrecerle un “sello chileno al producto”.

Se pretende incluir la participación de privados y mantener procesos exploratorios, mientras se da la discusión en el ámbito parlamentario. 

Desde el Ministerio de Energía, se aseguró que la Corporación Nacional del Cobre (Codelco) cuenta con capacidades tecnológicas para la explotación y ya está llevando adelante exploraciones. 

El país posee la mayor parte “económicamente extraíble” del mundo, y el Salar de Atacama alberga aproximadamente el 37% de la base de reservas de litio a nivel global.

Por su parte, Argentina no presenta tantos avances. Existen dos proyectos activos de extracción de litio, el cual no está determinado como un commodity

“El Estado no le pone condiciones a las empresas a diferencia de lo que ocurre en Chile o Bolivia. Le rige la misma legislación que la minería en general, no es un recurso estratégico ni crítico”, aclara Federico Nassif, investigador del CONICET. 

Y añade: “Hubo varias iniciativas y quedaron en la nada. Todo puede cambiar de la noche a la mañana, pero no existen conductas gubernamentales que modifiquen el status legal del litio”. 

Livent es la empresa que controla la explotación de litio en Catamarca desde hace 30 años. Se trata de una firma proveedora de Tesla, propiedad de Elon Musk y reconocido fabricante de vehículos eléctricos. 

El principal beneficiario del litio argentino es EEUU: 50% de su importación proviene de Catamarca. De hecho, es la empresa la que le vende el mineral a China. También tiene acuerdos de suministro a largo plazo con otras automotrices como BMW. 

La firma constituye uno de los dos controladores en proyectos activos de extracción del mineral, junto con Orocobre, Toyota Tsusho y JEMSE, las cuales controlan la explotación de litio en el Salar de Olaroz en Jujuy desde el 2016. 

A su vez, se registran avanzando 18 proyectos más en el país, los que sumarían 373.500 toneladas anuales, con una inversión de 6.473 millones de dólares.

Según Nassif, la legislación argentina permite que especulaciones inmobiliarias/financieras avancen en la compraventa de yacimientos. Esto, naturalmente, implica la no inversión en proyectos reales de explotación de litio. 

Si bien el presidente Alberto Fernández afirmó que es necesario exportar valor agregado a partir del mineral, actualmente el litio se exporta en su totalidad y no existen manufacturas nacionales a pesar de que sí existe desarrollo en el sector de ciencia y tecnología en investigación sobre baterías.

La empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) está intentando involucrarse en la explotación, aunque no cuenta con yacimientos ya que no es sencilla la adquisición de uno de ellos a causa de los precios internacionales. 

“Hay que considerar al litio como un commodity. ¿Qué cadena de valor vamos a construir si no podemos generar un precio de referencia?”, afirman desde la Cámara Latinoamericana de Litio

Luego, suman: “Internacionalmente el precio limpio es de USD 75.000 la tonelada. Si se pudiera constituir un valor FOB, contribuiríamos al ingreso de divisas al país. Hace falta una articulación jurídica y fiscal. El mundo quiere desarrollar la electromovilidad con carbonato de litio”. 

Pablo Rutigliano, presidente del ente, afirma que en Argentina coloca un precio de USD 10.000 dólares la tonelada. 

“Si hubiésemos puesto el precio internacional, en vez de haber exportado 619 millones de dólares, hubiéramos obtenido USD 2.300 millones”, calcula el referente.

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