Para la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), tanto la reforma buscada por el oficialismo de la Ley de la Industria Eléctrica actual como la autorización vigente que permite importar vehículos eléctricos usados van en detrimento del desarrollo de la electromovilidad nacional. En este sentido, solicita un trabajo conjunto entre todos los actores para dar las condiciones necesarias y alcanzar este objetivo común.
“La reciente reforma eléctrica puede significar algún tipo de obstáculo”, afirma el presidente de la asociación, José Zozaya Délano, durante el especial Movilidad Eléctrica en México organizado por Portal Movilidad, que agrega: “Creo que va un poco en sentido contrario a la tendencia global”.
La regulación data de agosto del 2014 y su finalidad es “promover el desarrollo sustentable de la industria eléctrica y garantizar su operación continua, eficiente y segura en beneficio de los usuarios, así como el cumplimiento de las obligaciones de servicio público y universal, de Energías Limpias y de reducción de emisiones contaminantes”.
Este año, la misma estuvo a un paso de ser reformada, con el presidente Andrés Manuel López Obrador a la cabeza de la iniciativa, hecho que ha sido motivo de polémica y debate en México. No obstante, hasta el momento la modificación se encuentra detenida por decisión de la Justicia.
Entre los puntos principales, se busca modificar las prioridades de despacho de los generadores eléctricos y se concentra la generación de energía en la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Uno de los actores que se pronunció en contra, por ejemplo, es la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) que aseveró, entre otros puntos, que esta “podría afectar severamente el proceso de competencia y libre concurrencia en los eslabones de generación y comercialización de energía eléctrica. De entrar en vigor, esto podría traducirse en tarifas finales de suministro eléctrico más altas”.
Por otro lado, el dirigente de AMIA manifiesta que la apertura a vehículos eléctricos usados del exterior son un grave problema para consolidar al país como fabricante en esta industria, lo que termina por repercutir en el consumo local.
En lo que respecta al consumo, las ventas de vehículos eléctricos en México apenas superan el 2% del total, número que aún es muy bajo. Sin embargo, el crecimiento es notable dado que de marzo de 2020 a marzo de 2021, se observó un incremento del 69%.
“La autorización para importar vehículos eléctricos usados ponen en alerta a la industria”, señala Zozaya, que agrega: “Consideramos relevante nuestra participación en el diálogo para ir regulando esto de una forma adecuada. Tenemos que incentivar la producción o importación de vehículos híbridos y eléctricos nuevos”.
No obstante, afirma que desde la Secretaría de Economía encuentra una gran apertura y preocupación en este tema, así como también a diputados y senadores muy afines a estas ideas dado que «están muy conscientes a dónde va el mundo».
En ese sentido, el presidente destaca el lugar que el país ocupa en el rubro automotriz en el mundo: cuarto exportador de autos y séptimo de vehículos ligeros. Es por esto que, descuidar la producción local y no facilitar la importación o fabricación de autopartes puede destronar a la nación del ranking global.
“Las posiciones de liderazgo se podrían perder si México no es capaz de tener el mercado de autopartes disponible económicamente y a una distancia que le de la seguridad a los socios de AMIA de que su producción podrá siempre estar a tiempo”, apunta Zozaya.
Y cierra: «Se trata de una inversión a un México más moderno, limpio y a una movilidad más económica al final del día. Ahí es donde hay que invertir entre todos. Como asociación estamos provocando la intercomunicación entre mis jefes, los socios y el sector público para lograr estos objetivos».
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