De la mano del Proyecto Movés, Uruguay contará finalmente con una hoja de ruta que le permitirá habilitar la conversión de vehículos de combustión a eléctricos. La presentación se realizará el jueves 12 de mayo a las 10, de manera virtual. 

La consultoría, que culminó en la hoja de ruta y que consta de seis productos, tiene como objetivo realizar un análisis sobre las oportunidades técnicas, económicas y ambientales, desafíos y necesidades de modificación del marco regulatorio necesario para desarrollar la actividad de conversión. 

En ese sentido, con el fin de desarrollar la actividad con un estándar adecuado de calidad y seguridad, se estudiaron los aspectos regulatorios y normativos y un análisis de responsabilidades, garantías, respaldos al usuario y seguros. 

«Es una actividad que entendemos va a impulsar a la movilidad eléctrica, pero tenemos que tener cuidado en aspectos de seguridad y garantías en la conversión», afirma al respecto Fitzgerald Cantero Piali, director de Energía del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), durante el Especial Movilidad Eléctrica en Latinoamérica y el Caribe organizado por Portal Movilidad. 

Y agrega: “Como actores involucrados están algunas empresas que ya están trabajando en este sentido y los propios usuarios, que pueden visualizar una opción sin necesidad de cambiar el auto”. 

Los seis productos de la consultoría

En el contrato con el Proyecto Movés, en primer lugar, se establece que se defina un análisis de las mejores prácticas de normativa internacional en la materia y que tenga posibilidad de ser considerada para su adaptación en Uruguay. 

De igual forma, se solicita que se indique la posición de las empresas de seguros existentes a nivel mundial en el sentido del mantenimiento de la cobertura de los seguros sobre el vehículo reconvertido, costos y respaldos. 

El segundo punto establece que se deberán presentar los mecanismos de evaluación de conformidad técnica del vehículo reconvertido, así como un listado de los componentes involucrados en la conversión y la norma de producto con la cual los mismos deben cumplir para ser considerados seguros a los efectos de la conversión.  

Para ello, se debe considerar que el proceso de conversión no comprometa la integridad ni el desempeño de los diversos sistemas asociados a la seguridad activa y pasiva del vehículo. 

El tercer ítem hace referencia a la seguridad y a los impactos ambientales. En este caso, se incluyen los elementos de protección personal necesarios, regulaciones, estándares y buenas prácticas aplicables. 

En cuarto lugar, se tienen en cuenta los grupos de prioridad, escenarios de penetración y análisis económico. 

La hoja de ruta es, finalmente, el quinto eslabón del contrato a partir del cual se establecen los pasos necesarios y las instituciones clave para la adecuación y la implementación de una normativa que regule la conversión en el país.

El sexto producto, por último, es la presentación de la directriz.