En el marco de “La semana de la bici”, hoy la alcaldía llevará adelante la presentación de su nuevo sistema de bicicletas compartidas a partir de las 8 horas. Se trata del segundo más grande de Latinoamérica, después del existente en Ciudad de México.
A partir de este viernes, entrará en operación el 50% del proyecto, lo que permitirá a los bogotanos contar con 150 estaciones disponibles, 75 monocletas, 1.500 bicicletas eléctricas y 75 bicicletas de carga. El 50% restante estará habilitado desde el 31 de octubre.
¿Por qué se decidió incorporar tal magnitud de unidades eléctricas? Deyanira Ávila Moreno, secretaria distrital de Movilidad, argumenta a Portal Movilidad: “Bogotá, al ser muy plana en ciertas zonas, nos da unas condiciones de topografía bastante útiles para este tipo de transporte”.
“Es una alternativa de accesibilidad. Se trata de reducir ese poco esfuerzo cuando realizamos viajes más largos. Es la gran apuesta”, indica.
Además, la autoridad del área admite que la altura de la capital, que se encuentra a 2.640 metros sobre el nivel del mar, puede ser un inconveniente para los ciudadanos a la hora de realizar actividad física.
“Se sumó un factor adicional. Mucha gente no pedalea por el esfuerzo o por alguna condición. En temas de desarrollo de actividad física la altura afecta mucho”, advierte.
Luego, Ávila agrega: “Poder tener una movilidad asistida genera mejores condiciones de salud, de circulación, una oferta adicional para recorrer mayores distancias. Son varios los factores que nos suman a tener estas bicicletas eléctricas”.
Si bien la incorporación de este tipo de tecnología puede resultar una alternativa costosa, la Alcaldía encontró una solución que le permitió ahorrarse una inversión extra.
Bajo el modelo licitatorio que se ejecutó, la empresa ganadora, la brasileña Tembici, deberá pagarle en especie a la ciudad por el uso del espacio público, a través de la compra, instalación y mantenimiento de los cicloparqueaderos en un término de siete años de operación.
“El espacio público en Bogotá está muy controlado y en esa línea lo que buscamos es ganarle espacio a la bicicleta, a través de la utilización de zonas donde no teníamos un buen aprovechamiento”, indica Ávila.
Y añade: “A su vez, recibimos una retribución, que puede ser en dinero. Sin embargo, cuando lo revisamos con la alcaldesa decidimos cambiarlo por algo que necesiten los ciclistas en la ciudad. Entonces, el pago que se está haciendo es en servicios complementarios”.
De esta manera, no entra dinero directamente a las arcas, sino que se devuelve directamente a la ciudad. Se trata de un sistema de “cero costo”.
Por su parte, Tembici puede regular su mercado con una tarifa. De hecho, existe un esquema por uso excesivo de tiempo de cobro. Es decir, si el usuario supera el tiempo permitido, hay costos adicionales.
«Estos sistemas en el mundo igualmente no se financian únicamente vía tarifa. Acá, el gran logro es que pudimos implementar la publicidad exterior visual para que los espacios pudieran acompañarnos y se le den más garantías al operador», destaca Ávila.
En cuanto a si este proyecto puede ser extendido, la autoridad explica que, bajo este modelo, el operador es capaz de ampliar las estaciones en la zona en caso de querer hacerlo. Por su parte, el Gobierno local no se encuentra limitado a abrir más licitaciones en otros territorios de la ciudad.
No obstante, aclara que, tras una serie de estudios, la zona potencial para implementar este tipo de esquema es la seleccionada actualmente.
“Queremos ver el comportamiento y cómo se desarrolla la operación para poder integrar otras zonas de la ciudad”, comenta la secretaria.
Cabe destacar que, para finalmente encontrar el modelo más adecuado e implementar este proyecto, la Secretaría de Movilidad ha atravesado una serie de pilotos desde el año 2010, los cuales han permitido analizar las mejores prácticas y soluciones.
El sistema estará ubicado en el centro ampliado de la ciudad, entre las localidades de Usaquén y La Candelaria, permitirá fácil conexión con el Sistema de Transporte Público y ofrecerá descuentos del 20% en sus tarifas para la población de menores ingresos.
Adicionalmente, contará con 30 gestores en vía para atender cualquier novedad y dispondrá de 300 soportes de uso gratuito para reparación de bicicletas.
Cada estación contarán con tótems alimentados por energía solar y puertos inteligentes para el bloqueo y desbloqueo de las bicicletas a través de una aplicación, código QR o una tarjeta. Su diseño está pensado para resistir las condiciones de la intemperie, al igual que evitar el vandalismo.