“Colombia tiene que ser más humilde con sus aspiraciones. Deberíamos comenzar con proyectos más factibles, como la producción de cargadores”, expresa Oliverio García Basurto, presidente de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (ANDEMOS) en relación a los planes estratégicos de Gustavo Petro con Venezuela para producir vehículos eléctricos.

Es que, tras su visita a Venezuela, el presidente de Colombia reveló proyectos bilaterales para fortalecer el desarrollo entre ambas naciones. 

Bajo el lema de «proyectos de integración latinoamericana», el Gobierno enfatizó la posibilidad de colaborar en el desarrollo de vehículos eléctricos en conjunto con Bolivia, con las ventajas tecnológicas que tiene Venezuela y Colombia.

“Primero deberíamos crear una estrategia de cómo Colombia se puede ir incorporando en la cadena global. Tener algo que le llame la atención a los fabricantes”, explica Garcia Basurto en diálogo con Mobility Portal Latinoamérica.

Y reflexiona: “Lo cierto es que tenemos ensambladoras y hasta ahora no producimos ningún vehículo eléctrico, ¿no? Algo que sí han hecho países vecinos como México y Brasil”.

La producción nacional de vehículos, hasta ahora a combustión, está a cargo de Renault Sofasa y Colmotores (Chevrolet). Ninguna de las dos se dedica al ensamblaje de 100% eléctricos.

La falta de acción radica en la ausencia de una estrategia clara y la escasez de políticas fiscales adecuadas para atraer a los fabricantes.

Ante el interrogante de qué es lo que le falta a Colombia para poder producir sus propios vehículos eléctricos, el presidente de ANDEMOS considera que “la respuesta la tienen los fabricantes”.

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Vale destacar que, en América Latina, la automotriz BYD tiene fábricas de ensamble para vehículos eléctricos en México y Brasil.

García Basurto señaló los factores por los que Colombia queda fuera de la mira: la escala de producción y la competitividad. 

Brasil cuenta con un mercado interno de más de 2 millones de vehículos anuales, mientras que México supera los 1.4 millones. 

En contraste, el mercado colombiano este año “apenas alcanzará las 200.000 unidades», lo que dificulta atraer inversiones en el sector automotriz.

Además,  el flete en el país es muy costoso y producir en el centro del país encarece los precios.

Por lo tanto, se vuelve fundamental establecer un diálogo directo con los fabricantes para comprender las necesidades, atraer inversiones y desarrollar capacidades locales para la fabricación de eléctricos.

¿Logrará el plan de reindustrialización impulsar la electromovilidad colombiana?

Colombia recientemente anunció un “plan de reindustrialización” de la movilidad eléctrica a través de la producción local y la reconversión laboral. 

El Ministerio de Minas y Energía de Colombia (MEM) está tomando acciones enfocadas en explotar el potencial que tiene Colombia para producir y exportar vehículos eléctricos nuevos. 

El país tiene más de 300 empresas dedicadas a la producción de autopartes y carrocerías.

La iniciativa contempla incentivos para la cadena de valor local, ya sea productores, fabricantes y emprendimientos para iniciar pilotos que incentiven a la producción nacional y a los pequeños fabricantes.

La reindustrialización del sector automotriz abarca toda la cadena de los vehículos eléctricos, la infraestructura de carga, autopartes, repuestos y baterías.

Esto incluye la estandarización de procesos de producción, ensamblado, fabricación y retrofit, junto a la reconversión laboral y productiva de empleos verdes que apunten a la disminución de gases de efectos invernaderos.

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García Basurto advierte que, si bien el potencial para la producción de vehículos eléctricos en Colombia es evidente, se requiere una estrategia integral y políticas fiscales adecuadas para transformar los dichos en realidad.

«Ahora, si Colombia quiere desarrollar junto con Venezuela y con Bolivia sus propias marcas, pues eso ya será otra historia»,  agrega.