Pese al fomento de la electromovilidad en la última gestión gubernamental, el país se ha visto inmerso en un estado de inflexión con las elecciones presidenciales del próximo domingo y el continuo aumento en los costos de hidrocarburos.
Dado al contexto internacional y los antecedentes del país en materia de energías renovables, los candidatos presidenciales, José María Figueres y Rodrigo Chaves, evalúan las opciones y promueven un transporte más limpio. Sin embargo, no todos puntualizan en la electromovilidad.
Figueres, también expresidente de la nación, asume el compromiso de una Costa Rica libre de combustibles fósiles.
“El mundo avanza con la inversión en energías verdes, como la industria automotriz británica que va rumbo a la movilidad eléctrica en 2030. Visualizo a Costa Rica como un país líder en nuestra región”, comunica el representante del Partido Liberación Nacional en su cuenta de Twitter.
Además, exclama que es necesario producir biocombustibles que aporten competitividad en precio tales como el hidrógeno verde con miras al abastecimiento del mercado nacional y de exportación.
Por su parte, Chaves, el candidato del Movimiento Progreso Social Democrático, exministro de Hacienda y exfuncionario del Banco Mundial por casi tres décadas, considera, sin demasiadas especificaciones, la permanencia del gas en el mercado debido a que lo ve como «un combustible de transición hacia las energías renovables».
Ante este panorama, Juan Carlos Pizzarro, abogado fundador de Strategia Legal, en diálogo con Portal Movilidad, analiza hacia dónde podría virar el escenario de la electromovilidad a partir de la próxima asunción presidencial.
«Cualquier medida o decisión que se tome en materia de movilidad eléctrica repercutirá no solo en el aspecto medioambiental sino también económico», asegura Pizarro.
Y agrega: “El aumento en el precio de los combustibles no impactará en el corto plazo en una movilidad cero emisiones. El usuario podría tener una ventaja. Sin embargo, habría que ver cómo este incremento se refleja en los costos de producción”.
Lo que sucede es que el usuario pone en la balanza el costo de los vehículos frente al del combustible.
“El precio del combustible descenderá en algún momento. A su vez, si bien el ritmo de incorporación de vehículos eléctricos se mantiene, no se alcanzan los números esperados en el momento de la promoción de la ley”, sostiene Pizarro.
En contrapartida, señala que en materia fiscal el país se encuentra en “cuidados intensivos”. “El gobierno es muy reticente a tramitar la compra e impulsar algún proyecto de ley que implique la reducción de impuestos”.
En caso de no aprobarse la revisión de la Ley, se acabarían los incentivos a los vehículos eléctricos, que de momento están exentos de IVA.
En referencia a esto, Pizzarro duda sobre la posibilidad de un aumento en las exenciones a los vehículos cero emisiones.
Por otro lado señala que si el Estado mantuviera los impuestos sobre la adquisición de este tipo de carros complicaría la compra. Por eso, explica: “Si ceden afectarían a las finanzas”.