Tras conocerse las matriculaciones de los vehículos eléctricos de todo tipo durante el mes de julio, asociaciones han señalado que sufrieron las consecuencias de los retrasos del plan MOVES III.
A pesar de que las cifras publicadas este mes por diferentes entidades señalan un avance en la movilidad eléctrica en lo que va del año, al mismo tiempo se habla de una caída del 35% en julio frente al mismo mes del 2020.
Por esta razón, la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE) y la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos (GANVAM) piden una modificación del tratamiento fiscal de las ayudas del MOVES.
Lo que buscan es que no computen como rendimientos del trabajo en la declaración de la renta.
Además, ambas asociaciones instan a las administraciones a no dilatar el reembolso al ciudadano de las subvenciones enmarcadas en las distintas versiones de dicho plan para “evitar que se diluya su carácter incentivador y contribuir así a su eficacia”.
Sobre el esfuerzo de las distintas Comunidades y Ciudades Autónomas por la activación de estas ayudas, las asociaciones remarcan que dicha gestión “complica la accesibilidad de los incentivos” en tiempo y forma.
Por el momento, solo 12 autonomías han activado el plan, algunas al límite del plazo y otras fuera de fecha.
Todavía faltan las regiones de Cantabria, Cataluña, Extremadura, Galicia y La Rioja, además de la ciudad de Melilla.
Qué pasa con las cifras del sector de las dos ruedas
Este mercado es el que más ha señalado la importancia del retraso de las ayudas.
Es que, según los datos de AEDIVE y GANVAM, las matriculaciones de motocicletas cero emisiones cayeron un 49,3% durante julio, con un total de 619 unidades, registrando así una caída del 29,3%, con 3.598 unidades en lo que va del año.
Algo parecido ocurrió con los ciclomotores eléctricos, los cuales retrocedieron sus ventas un 80% durante el pasado mes, hasta situarse en las 337 unidades, acumulando un descenso del 33% hasta julio, con 3.009 unidades.
Cabe aclarar que, al igual que ocurrió en la versión pasada del plan, quedan fuera de estas subvenciones todas las motocicletas eléctricas cuya potencia sea inferior a 3 kW (4,02 cv), por lo tanto, una vez más los ciclomotores eléctricos vuelven a ser excluidos.
Además, tampoco podrán recibir la ayuda todas las que no dispongan de una autonomía igual o superior a 70 kilómetros.