Durante un congreso de la Confederación Nacional de la Industria, la vicepresidenta de comunicación de General Motors (GM) en Sudamérica, Marina Willisch, afirmó que Brasil tiene potencial para ser un hub de vehículos eléctricos.
La dirigente se justifica diciendo que Brasil y otros países vecinos tienen una de las mayores reservas de litio, materia prima de las baterías de los coches eléctricos.
Además del factor níquel, como Brasil tiene una de las mayores reservas del mineral, la vicepresidente de comunicación destaca que el país también tiene uno de los mercados más grandes del mundo en términos de autos de combustión.
A pesar del reconocimiento de la vicepresidenta de comunicación de GM, Mariana Willisch, Brasil no tiene ningún tipo de incentivo gubernamental con respecto a los autos eléctricos que involucre a fabricantes y consumidores.
Dando pequeños pasos, el mercado brasileño debería ser uno de los últimos en recibir la electrificación total, desde la conversión de motores de combustión hasta la oferta de un mayor número de estaciones de carga entre tramos largos para que los conductores de automóviles eléctricos puedan realizar viajes más largos.
A poco de culminar el 2020, liderando el mercado brasileño con su marca Chevrolet, General Motors anunció que retoma su plan de inversión en manufactura 2020-2024 en Brasil, que se había congelado con la llegada de la pandemia del COVID-19.
La empresa confirmó su inversión original de 10.000 millones de reales (unos 1.870 millones de dólares al tipo de cambio actual) en el estado de São Paulo, que se anunció inicialmente en marzo de 2019.
De esta forma, GM reafirmó su apuesta por la fabricación y el desarrollo de negocios en Brasil, donde recientemente renovó gran parte de sus instalaciones para producir los exitosos Chevrolet Onix y Tracker, lo que le ha permitido fortalecer su liderazgo en ventas. La inversión de R$ 10 mil millones está destinada al desarrollo y producción de vehículos de última generación en las fábricas de São Caetano do Sul y São José dos Campos.
GM estaba en una mejor posición en Brasil gracias al plan de inversión anterior de 13 mil millones de reales que se utilizó para renovar los modelos más estratégicos de Chevrolet en el país, incluida la segunda generación Onix y el nuevo Tracker.
Su llegada implicó una importante renovación de las plantas de Gravataí y São Caetano, además de la inauguración de una nueva línea en el complejo de Joinville donde se fabrican sus motores. Por lo tanto, la mayor parte del nuevo paquete de inversiones de General Motors en Brasil debe aplicarse a la planta de São José dos Campos, la única planta de vehículos de la empresa que no fue modernizada en el plan anterior.
Como informó GM Authority en exclusiva en febrero de 2019, la planta recibirá al menos la mitad de la nueva inversión para construir el Chevrolet S10 de próxima generación y su derivado SUV, programado para el año modelo 2023.