Uruguay | Hidrógeno
viernes 20 de mayo de 2022
Electrolineras para camiones no: por qué ANCAP prefiere el hidrógeno verde en Uruguay
Los vehículos pesados implican ciertos desafíos para la transición que no pueden resolverse en su totalidad con puntos de carga eléctricos y baterías. En ese sentido, la industria debe estar abierta a nuevas tecnologías, como las celdas de combustible.
Compartí la nota

En abril, el Gobierno uruguayo abrió una convocatoria para acceder a un respaldo económico millonario, el cual financiará proyectos ligados a camiones y buses impulsados por hidrógeno verde. 

La inclinación por esta tecnología no es novedad en Uruguay, donde encuentran necesario dividir el transporte cero emisiones en dos: los vehículos livianos y los pesados. 

En el primer caso, las unidades 100% eléctricas parecen dar una solución a la descarbonización del sector, y es por esto que las acciones a favor de su fomento son moneda corriente por parte de las autoridades gubernamentales. 

Sin embargo, en el segundo grupo, el proyecto debe ir necesariamente por otro sentido, con mayor rentabilidad en todo aspecto. 

¿Qué pasa con las estaciones de servicio si solo pensamos en puntos de carga para camiones?

Al respecto, Jorge Ferreiro, director de Hidrógeno en la Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Pórtland (ANCAP), afirma: “Cuando uno quiere sustituir esa estructura y pasarla a eléctrica, pensando en mil o dos mil camiones hay un desafío muy importante para las redes y para manejar toda esa demanda”. 

“Es algo que hay que tener en cuenta. A veces nos resulta difícil entender bien cuáles son las magnitudes fósiles cuando las pasamos al eléctrico”, agrega, durante el Especial Movilidad Eléctrica en Latinoamérica y el Caribe organizado por Portal Movilidad.

Un camión diésel tiene un tanque de 500 litros. Si pasamos eso a energía eléctrica, se trataría de una batería de 2 MW/h.

Sin embargo, Ferreiro señala que los camiones más grandes que hoy se ofrecen en el mercado tienen alrededor de la cuarta parte, es decir, 500 KW/h, lo cual significa solo unos 125 litros de diésel. 

Por otro lado, indica que es necesario tener en cuenta los surtidores que hay en una estación de servicio. 

El dispensador normal tiene una potencia equivalente eléctrica a 8 MW, “mucha energía por unidad de tiempo”, aclara. 

A su vez, resta el combustible almacenado en las estaciones. Una estación tiene típicamente tanques de 20 mil litros. Entonces, la energía eléctrica equivalente serían 80 MW/h. 

“Otro tema que se va a volver muy desafiante también es el de los minerales. Las baterías son muy intensivas, llevan diez veces más materiales que un sistema de hidrógeno equivalente”, advierte Ferreiro. 

Luego, añade: “Hay que tener la flexibilidad de pensar la electrificación armonizando los dos sectores: el liviano, que se presta muy bien para baterías, y el pesado, que es un desafío pensándolo solo para baterías por un tema de red y de minerales.”. 

Y cierra: “Uruguay se presta muy bien para el modelo de camiones a hidrógeno porque tiene muchas industrias intensivas en transporte con flotas cautivas. Va a ser un modelo centralizado, no como el de refinación de hoy, donde entra el crudo por un solo punto, se refina por ese punto y se distribuye”. 

Destacados.

Al hueso. Renault Sofasa: «No estamos cerca de ensamblar vehículos eléctricos, pero pueden cambiar las reglas» 

Para el presidente de Renault Sofasa el robustecimiento de la cadena de valor de los vehículos eléctricos es fundamental para impulsar una política de reindustrialización en el país. En diálogo con Mobility Portal Latinoamérica, destaca la necesidad de poner foco en incentivos a la exportación para lograr posicionar a Colombia como proveedor de mercados vecinos.