Siendo el transporte terrestre una de las principales fuentes de emisiones de carbono en la ciudad, el Estado decidió tomar cartas en el asunto a través de políticas que incorporan a la movilidad eléctrica.
“Necesitamos apuntar a la descarbonización del transporte. No solo es importante que se acompañe el recambio de la flota vehicular pública, privada y de carga por una eléctrica e híbrida, sino también se analice cómo nuestra movilidad puede ser multimodal”, afirma Sayda Rodriguez, titular de la Secretaría de Desarrollo Sustentable del Gobierno de Yucatán.
En ese sentido, tras un análisis de medidas de mitigación y estimación de costos marginales de abatimiento de gases de efecto invernadero (GEI), se enlistó una serie de lineamientos necesarios y posibles a 2030 que subrayan la relevancia de la electromovilidad.
También, se aclararon las posibilidades para el año 2050.
Según analizan desde la Iniciativa Climática de México y el Centro Mario Molina, “la electromovilidad es otra de las medidas significativas que son rentables debido a la tendencia internacional, tanto en el apoyo político como en la reducción de costos alcanzados”.
Medidas necesarias
En primer lugar, se propone la renovación del 50% de la flota de vehículos particulares existentes por híbridos. La decisión daría lugar a una reducción de emisiones de GEI de 678.4 GgCO2e anuales.
Al mismo tiempo, se plantea la renovación del 5% de los coches particulares existentes por eléctricos. En consecuencia, esto disminuiría 241.8 GgCO2e las emisiones.
Pensando en el transporte público, se promueve la transición de la flota de autobuses actual por eléctricos en un 50%, dando lugar a una reducción del 94.3 GgCO2e.
Medidas posibles
En principio, se establece que el 50% de las ventas de motocicletas será eléctrica. Esto permitiría una reducción de 30.7 GgCO2e.
A su vez, el 20% de la venta de vehículos será híbrida, dando como resultado la disminución de 133.7 GgCO2e.
Aunque no se aclara cuál será la tecnología elegida, también se menciona la renovación de la flota existente de taxis “por modelos más eficientes”. Esta decisión daría lugar a una reducción de 32.5 GgCO2e.
En el caso de que se opte específicamente por los vehículos eléctricos, habría una disminución de 38.3 GgCO2e.
Entre las medidas con un poder de mitigación más importante, se encuentra la comercialización de vehículos eléctricos. De venderse un 20% del total al 2030, entonces habría una baja de 97.5 GgCO2e.
Por último, un 90% del transporte de pasajeros eléctrico a la fecha prevista daría como resultado una reducción de 10.2 GgCO2e.
Medidas necesarias a 2050
Para ese entonces, el objetivo será alcanzar la renovación de la flota de vehículos particulares por eléctricos en un 25%. Esto permitirá un descenso de 311.1 GgCO2e.
Aquí también entran en acción otras tecnologías para el transporte, como el hidrógeno. Se proyecta que la venta de vehículos de celda de combustible signifique el 20% del total, permitiendo una baja de 702.8 GgCO2e.
También, se destaca el uso de camiones de pasajeros de celda de combustible, lo que reduciría 1 GgCO2e las emisiones.