Para Nuria Álvarez, la gerenta de electromovilidad de Volvo, el debate sobre cómo avanzar hacia una movilidad sustentable está saldado y la discusión no puede seguir siendo sobre eléctrico sí o eléctrico no, sino que es hora de avanzar sobre una base de consenso.
La representante de la compañía automotriz opina que la discusión tiene que girar en torno a cómo afrontar el camión eléctrico, cómo hacer que sea rentable para los clientes y cómo hacerles la vida sencilla en esta transición tecnológica.
“En el 2040 el 100% de nuestras ventas van a ser eléctricos”, sostiene Álvarez.
La ingeniera hace hincapié en la importancia entender la electrificación en camiones como una transición.
«La implantación de la electromovilidad tiene que ser un proceso sostenible en todos los términos inclusive el económico, el cual obviamente tenemos muy presente”, expresa.
La empresa sueca comenzó el camino de la electrificación hace más de 15 años aplicado a autobuses. Recientemente anunció nuevos camiones eléctricos que comenzarán a fabricarse este primer trimestre del 2023.
Los nuevos Volvo FH, Volvo FM y Volvo FMX poseen chasis rígido donde pueden instalarse grúas, compactadores de basura y mixers para hormigón. Prometen una potencia de 490 kW, 3 motores eléctricos y 5 o 6 baterías de 450-540 kWh.
En 2019 la empresa sacó el primer Volvo FL Eléctrico y FE Eléctrico pensado para operaciones de distribución y desechos en la ciudad. En 2021 incluyeron los Volvo FH, FM y FMX para distribución y construcción.
“¿Somos el fabricante que tenemos el 100% de la gama electrificada completa? Sí ¿Lo hemos hecho de golpe? No, hemos ido paso a paso y así lo vamos a seguir haciendo”, plantea la responsable de la marca.
En relación al papel que juegan los fabricantes en esta transición a vehículos cero emisiones, indica: “Asumimos la responsabilidad que tenemos y la estamos llevando a cabo. Sería bueno que nos vean como un socio más y no como un mero proveedor”.
Según Álvarez abordar un plan de sostenibilidad a largo plazo necesita de tecnologías que complementen al vehículo eléctrico, como el hidrógeno.
La ambición de la empresa es comenzar la venta de camiones eléctricos impulsados por celdas de esta energía a partir de 2025, y que para 2040 toda su gama de productos esté libre de combustibles fósiles.
Para la empresa sueca los vehículos eléctricos de batería e hidrógeno con mayor autonomía son la clave.
La lentificación del proceso: las trabas burocráticas
Nuria Álvarez se refirió a la dificultad que encuentran los clientes en los trámites y tiempos de aplicación, que aplazan la electrificación de las flotas del vehículo industrial.
“Impulsa mucho que haya una motivación económica, pero sí en la práctica no llega al negocio y al mercado…” dice en relación a la utilización de subsidios del Gobierno.
“En muchísimos puntos del país lleva más de un año una aprobación, y no estoy hablando siquiera de la llegada de dinero”, explica.
La ingeniera resalta que a la responsabilidad que tienen las marcas de hacer viable la transición tecnológica a transportistas y usuarios finales, se les suma la obligación de tener que revisar las estrategias de venta dadas las trabas burocráticas.