En el camino hacia una movilidad 100% eléctrica, el brazo australiano de Volvo anunció el pronto lanzamiento del nuevo chasis eléctrico BZL. Aprovechando la oportunidad David Mead, vicepresidente de la región Asia y el Pacífico de la empresa automotriz, celebró la iniciativa por medio de un posteo en Linkedin, el cual generó un intercambio de ideas.
A las pocas horas de la publicación apareció en la escena Neil Wang, CEO de Fotón Mobility, interrogando no solo a la empresa sueca, sino que a la industria en general.
“¿Por qué ser híbrido cuando pueden comprar vehículos eléctricos o de hidrógeno con un costo capital de mantenimiento similar o hasta mucho menor?”, interpeló el ejecutivo abriendo un nuevo capítulo del debate entre los diferentes tipos de vehículos.
Asimismo, fue más lejos y planteó: “Hoy necesitamos demonios para impulsar las nuevas tecnologías, no una solución a corto plazo para sostenerla”. Para Neil Wang es importante que se considere la posibilidad de esperar un poco más de tiempo y usar alternativa eléctricas que brinden un impacto positivo de aquí a 20 años.
En este caso Volvo Buses buscaba comenzar a presentar al público los autobuses que operan eléctricamente, mediante la implementación del chasis B5L S-Charge. La empresa sostiene que este vehículo híbrido se posiciona en el mercado cómo una de las mejores opciones para reducir el nivel de emisiones contaminantes.
Asimismo, plantean que los mismos fueron desarrollados con la finalidad de allanar el camino hacía una oferta completamente eléctrica.
“¡Estos autobuses Volvo S-Charge proporcionan la huella de carbono más baja de cualquier autobús que opera en Australia!”, celebró David Mead por medio de Linkedin. Actualmente la empresa ha puesto el foco en lograr que toda la flota del país esté integrada por autobuses con energía renovable.
Ambas partes persiguen los mismos objetivos, por ello el ejecutivo le recordó a Volvo que los autobuses híbridos cuentan con una “tecnología antigua y no ecológica”, cuestiones no menores a la hora de pensar en el impacto ambiental que se genera y que buscan reducir.
La implementación de vehículos eléctricos es todo un desafío y más cuando se habla de grandes flotas como a las que se está dirigiendo la empresa automovilística sueca. Esto no fue algo que el CEO de Fotón Mobility dejó fuera del diálogo, ya que reconoció que para contar con la estación de combustibles y otros insumos necesarios hay que esperar hasta 12 meses.
Sin embargo, Volvo no ha perdido el foco y continúa detrás de la transición hacia niveles de cero tráficos, cero accidentes, cero ruidos y cero emisiones.
El desembarco de Volvo en México
A comienzos de este año la empresa automovilística arribó a México con su autobús eléctrico bajo el concepto #CiudadCero. Durante el mes de enero han desplegado pruebas en la línea 4 del sistema Metrobús de la CDMX y no ha dejado de cumplir con las expectativas planteadas.
Volvo de cara a la transición a vehículos eléctricos
En junio Transport & Environment (T&E) emitió un nuevo análisis donde comparó a los principales fabricantes automovilísticos de Europa ante el desafío de la electrificación del parque para 2030. El informe final dio como resultado que Volvo y Volkswagen eran los únicos dos preparados para la transición a tiempo de su producción.
Según el estudio, ambas son las empresas con planes de estrategias más “agresivas y creíbles”, mientras que otras han elaborado objetivos ambiciosos pero que no se apoyan en proyectos “suficientemente sólidos”.