Para consolidar su posición como uno de los gigantes de la automoción, Volkswagen se ha integrado rápidamente en la transición de la movilidad eléctrica, alineándose con competidores locales clave como BMW y Mercedes-Benz, así como con otros actores globales.

Sin embargo, durante el último año, comenzó a enfrentar ciertos desafíos en este ámbito que podrían marcar un hito negativo en la historia de la marca.

Esta situación se ve agravada por el posible cierre de su primera planta europea en Bruselas, Bélgica.

“La familia de modelos Audi Q8 e-tron, actualmente producida en la planta de Audi en Bruselas, se ha visto afectada por una fuerte caída de la demanda específica de este segmento”, detalló la compañía al Mobility Portal Europe .

«Como resultado, Audi está considerando un cese anticipado de la producción de la serie Q8 e-tron».

El contexto en el que se enmarca esta potencial decisión es complejo.

La planta enfrenta desafíos estructurales prolongados que obstaculizan su operación eficiente.

Su proximidad a la ciudad limita las opciones para modificar el diseño de la instalación, lo que, combinado con los altos costos logísticos, resulta en costos de producción elevados en comparación con otras ubicaciones.

Estos factores, unidos a la caída de la demanda, han llevado a Audi Bruselas a informar a su consejo de administración sobre la intención de reestructurar la compañía, que podría incluir medidas como el cierre completo de la planta.

«Un cese temprano de la producción podría afectar al empleo y requerir la búsqueda de soluciones alternativas para la planta», señala el portavoz de la marca.

El proceso de información y consulta comenzó el 18 de julio y aún no se han tomado decisiones .

Sin embargo, Audi asegura que mantendrá un diálogo justo y constructivo durante toda esta fase, reconociendo plenamente su responsabilidad hacia sus empleados.

¿Qué pasará con la producción de este modelo si la instalación cierra?

“Actualmente planeamos fabricar el sucesor del Q8 e-tron en la planta de Audi en San José Chiapa, México”, confirman a Mobility Portal Europe.

Este cambio, si bien es lógico desde una perspectiva de reducción de costos, plantea interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo de la estrategia de Volkswagen en el continente.

El mercado europeo sigue siendo crucial para el éxito de la empresa y cualquier medida percibida como una retirada podría tener consecuencias negativas.

Audi ha justificado estas acciones como parte de un ajuste necesario en respuesta a la desaceleración global del segmento de vehículos eléctricos de lujo.

En este contexto, la firma está reevaluando sus objetivos de producción y ventas.

Esta situación no es exclusiva de Volkswagen.

Otros fabricantes europeos también enfrentan desafíos similares, particularmente en mercados críticos como China, donde la competencia con los fabricantes locales de vehículos eléctricos como BYD es feroz.

Volkswagen y el desafío de la eMobility

La planta de Bruselas no es la única instalación de Volkswagen que ha afrontado dificultades recientemente.

En Alemania, la compañía ha tenido que reducir el número de empleados en sus plantas de Emden, Dresde y Zwickau debido a la caída de las ventas de vehículos eléctricos.

Según Thomas Schäfer, director general de VW, “hasta ahora hemos sido demasiado inflexibles. Tradicionalmente planificamos con unos diez años de antelación”.

Esto ha llevado a la empresa a adoptar un enfoque más flexible en la planificación futura.

Las acciones de Volkswagen también han sufrido.

Según los medios locales, este anuncio provocó una caída del 1,5 por ciento en el valor de sus acciones en las primeras operaciones en Frankfurt.

Los costes asociados al posible cierre de la planta de Bruselas y otros gastos imprevistos podrían tener un impacto total de hasta 2.600 millones de euros en el ejercicio fiscal 2024.

Esta medida, tras las reducciones de personal realizadas en Alemania el año pasado, plantea dudas sobre si la empresa está tomando las decisiones correctas o si se trata de un ajuste inevitable en un mercado cada vez más competitivo y volátil.

Mercedes-Benz y Ford también están ajustando sus estrategias

Recientemente, Mercedes-Benz ha revisado sus objetivos de electrificación y ha anunciado que seguirá fabricando vehículos híbridos y con motor de combustión hasta bien entrada la década de 2030 si la demanda lo justifica.

Ola Källenius, director ejecutivo de la empresa, reconoció que la transición a un modelo de negocio totalmente eléctrico podría tardar más de lo previsto, especialmente tras los decepcionantes resultados de su división de vehículos eléctricos.

El margen de beneficio de la empresa ha caído al nueve por ciento, el más bajo en dos años.

Paralelamente, Ford Motors ha decidido invertir menos en su división eléctrica, retrasando el lanzamiento de un SUV de tres filas hasta 2027.

La compañía ha admitido que está reorientando sus esfuerzos hacia los motores híbridos en lugar de los totalmente eléctricos.

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