Según los datos publicados por la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), durante el mes de marzo de 2023 la venta de vehículos híbridos y eléctricos fue de 5.012 unidades.
Esto representa un aumento del 13.9% en relación a lo registrado en el mismo mes de 2022, cuando se detectaron 4.042 unidades comercializadas.
Las ventas de este mes estuvieron compuestas por 3.472 híbridos, 1.051 eléctricos y 489 híbridos conectables. En lo que va del año, se registran 13.861 ventas de este tipo de tecnologías y su representación en el total arribó a un 4,4%.
El 24,3% de los registros se erradicaron en la capital del país, con 3.362 vehículos matriculados.
En cuanto a producción, y según las proyecciones recopiladas, el total vehículos cero emisiones que se fabricarán en México será de 221.970 coches ligeros.
En esta estimación se tienen en cuenta principalmente tres marcas: Ford, Chevrolet y JAC. Los modelos producidos son nueve y el que lidera en volumen es el Ford Mustang Mach-E con más de 130.000 unidades.
En total, este nivel de confección representa un aumento del 179% del volumen producido en 2022.
Con avances, el sector privado sigue demandando políticas para estimular las ventas
Recientemente AMIA se reunió con el canciller Marcelo Ebrard para plantear la necesidad de confeccionar políticas orientadas a incentivar la transición hacia la electromovilidad.
Allí propusieron impulsar una política pública integral llamada “Plan Nacional de Movilidad Eléctrica” que pretende abordar tres áreas centrales: la manufactura de vehículos híbridos y eléctricos, infraestructura de carga e incentivos para impulsar el desarrollo del mercado local de consumidores.
Los líderes del sector automotriz expresaron su voluntad de encarar temas como el impulso a la industria a través de la transición a la electromovilidad, así como seguir fortaleciendo el crecimiento de las inversiones y la generación de empleos en el país.
La asociación lee que México se encuentra “en un momento clave como proveedor regional y productor de vehículos eléctricos”. Es por eso que se propone la disposición de objetivos a mediano y largo plazo.
“Para la AMIA es fundamental el trabajo en conjunto con el Gobierno y la esfera privada para que podamos mantener diálogos cercanos, establecer acuerdos y poner en marcha acciones que creen impacto a mediano y largo plazo para el futuro de México y la industria automotriz”, comparte José Zozaya, presidente ejecutivo de la asociación.
Y suma: “No solo mantenerla como el motor económico del país, sino impulsar el potencial que posee, desde nuestra obra de mano calificada, generación de empleos, el compromiso para las cero emisiones y uso de energías renovables, entre otros; así como la atracción de inversiones que generen un bienestar y progreso para el desarrollo del país”.
A su vez, para las autoridades de Cancillería, además de políticas que sean atractivas, es necesario contar con “reglas claras” para captar inversionistas.
Actualmente, y como se destacó en la reunión, el peso de la industria automotriz para México y su participación es de un 4% en el PIB. También ocupa un 18% del PIB manufacturero y cuenta con superávit en la balanza comercial, siendo el único sector exportador en alcanzar dichos niveles.
En toda su cadena de valor, se calculan que son hasta 29.7 millones de empleos los que contiene el sector.
En materia de inversiones en electromovilidad, el Gobierno dará a conocer las bases de la licitación para la construcción de diez parques industriales en el corredor interoceánico Istmo de Tehuantepec.
En la convocatoria estarán invitadas a participar 11 “vocaciones productivas”, entre ellas, la automotriz eléctrica. También la producción de autopartes, semiconductores y equipos de transporte.
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