Un reporte realizado por el Laboratorio Nacional de Energías Renovables, unidad dependiente del Departamento de Energía de Estados Unidos, afirma que México “solo podrá alcanzar el potencial de la movilidad eléctrica con una red de energía limpia”.
Para esto, será necesaria una planificación, inversión y regulación tempranas que integren eficazmente a la infraestructura de transporte y a la de carga, esta última generada a partir de fuentes renovables.
En ese sentido, México cuenta con la fortuna de estar posicionado idealmente para convertirse en un ejemplo del sector, dado su potencial de recursos y el bajo costo de generación de este tipo de energía.
De hecho, según el análisis, la región del sureste es lo suficientemente rica en renovables como para impulsar un crecimiento sostenible e incluso exportar energía limpia al resto del país y a Centroamérica.
Por ejemplo, Baja California Sur es un sistema eléctrico insular con una organización de recursos capaz de transformar su sistema eléctrico de combustibles fósiles en uno de energía limpia.
Al mismo tiempo, son necesarias políticas y programas que puedan fomentar la producción de vehículos eléctricos accesibles, como motocicletas; el establecimiento de una red de infraestructura de carga; la sustitución de la carga de larga distancia por el ferrocarril; y la electrificación del transporte de última milla.
En este último punto, también destaca la importancia de la transición en el transporte público. En ambos casos, se trata de “opciones factibles, rentables y equitativas que pueden mejorar la movilidad del 70% de los mexicanos”.
Así, se reduciría la congestión vehicular y los impactos ambientales, mejorando la movilidad y la salud pública.
Cabe considerar que hoy el 43% de la energía proviene de recursos fósiles y el 97,5% de los gases de efecto invernadero es originada de los coches, autobuses y camiones.
Aquí se vuelve clave el desarrollo del hidrógeno verde en el país, el cual podría ser vital para abastecer el transporte de carga pesada.
México tiene uno de los mejores potenciales en la materia en América Latina, y es por eso pertinente el accionar estatal para explotar el segmento, dándole señales de respaldo a empresas y comunidades.
La investigación insiste en diseñar una hoja de ruta nacional del hidrógeno para proporcionar orientación a la industria y a los inversores y desarrollar agresivamente los recursos de electricidad renovables para que México esté posicionado para el desarrollo de la producción de hidrógeno verde a gran escala.
Además, solicita incentivar la infraestructura de reabastecimiento de camiones de carga, autobuses públicos y camiones mineros.