El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que México comparte con Canadá y Estados Unidos, es una puerta de oportunidades para el país hispanohablante, en lo que respecta al desarrollo de la movilidad eléctrica.

Así lo afirma Leonardo Beltrán, miembro del Instituto de las Américas. Para explicar esto, el experto enumera cinco elementos que influyen en esta relación multilateral y que repercuten, por supuesto, en México.

En primer lugar, se debe tener en cuenta que el país se halla en un mercado de 500 millones de habitantes y que, también, las tres naciones del Tratado son miembros del G20. Esto, según Beltrán, se traduce en una “gran capacidad de compra”.

Un segundo punto es que Norteamérica posee el mercado de tecnología más relevante del planeta. Todos los desarrollos que surgen, nacen allí.

En tercer lugar, México es el puente hacia Latinoamérica y el Caribe, regiones consideradas como otro mercado potencial relevante, dada la red de tratados comerciales que integran.

Los dos últimos aspectos están relacionados con el país mexicano por sí mismo y el potencial que ostentan: la infraestructura instalada en el territorio y el desarrollo de minería para baterías de litio.

La primera característica le permite a la nación exportar vehículos terminados, así como también diferentes elementos de la cadena de valor automotriz.

“Poder aprovechar esa capacidad para la manufactura eléctrica es otra de las grandes oportunidades para el mercado y para la apertura con más de cien millones de habitantes”, destaca el representante del Instituto de las Américas durante el Latam Mobility Virtual Summit.

A través de la segunda, es posible consolidar un mercado de electromovilidad y, particularmente, poder explotar el comercio de las baterías.

Sumado a esto, Beltrán advierte que la nueva administración de Estados Unidos puede beneficiar a México, teniendo en cuenta que el gobierno de Joe Biden contempla en su agenda al cambio climático y a las energías sustentables.

“México está al sur de este gran motor que es Estados Unidos, y que nos va ayudar a jalarnos de la crisis que vivimos”, señala Beltrán, que agrega: “Al mismo tiempo, nosotros también como México podemos representar esa bisagra entre el mercado norteamericano y el latinoamericano”.

No obstante, para aprovechar al máximo este contexto, indica que México debe tener “un marco jurídico claro y una política pública de corto, mediano y largo plazo”. Por otro lado, necesita ser capaz de “facilitar los elementos que nos van a ayudar como, por ejemplo, las inversiones en formaciones de recursos humanos y en desarrollo tecnológico”.