Con el 10,20% del parque automotor electrificado y sólidos incentivos a la movilidad eléctrica, Costa Rica se destaca como uno de los referentes en eMobility en Latinoamérica.
Sin embargo, la electrificación del transporte público sigue siendo una deuda pendiente en el país.
Uno de los motivos es que la red de carga no es apta para cubrir la demanda energética del transporte eléctrico.
«Es crucial expandir y mejorar nuestra red de carga para satisfacer las demandas del transporte público eléctrico y garantizar una transición fluida hacia esta tecnología», admite Gerardo Guadamuz, Líder técnico de electromovilidad en transporte público del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
Y suma: ‘’Tenemos que reforzar las redes de carga, los buses no pueden amanecer descargados. Es crucial mejorar esto para que las unidades puedan salir todos los días a brindar un servicio esencial’’.
Del mismo modo, otro de los obstáculos por los cuales la electrificación del transporte público no avanza es el financiamiento.
Actualmente, en el país no hay esquemas de financiamiento adecuados para la electrificación del transporte público.
En ese sentido, Kattia Cambronero Aguiluz, diputada del Partido Liberal Progresista, indica: ‘’Es necesario hablar sobre el subsidio al transporte público ya que este no existe en Costa Rica’’.
Tampoco hay fondos de garantías que animen a electrificar el transporte público.
En la misma línea, se vislumbra que los plazos de concesión para los operadores no están pensandos adecuadamente.
En consecuencia, es necesario ampliarlos.
“Estaríamos hablando de amortizar un bus en un tiempo mayor a siete años, tal vez quince años, lo que reduciría el impacto en las tarifas”, explica Guadamuz.
Y agrega: “Hacen falta una serie de mecanismos y herramientas que permitan implementar esa tecnología sin afectar las tarifas que pagan las personas por usar el transporte público’’.
‘’Desde hace algunos años, se han realizado esfuerzos interinstitucionales en Costa Rica para promover la electrificación del transporte público, principalmente en la modalidad de autobuses’’, confirma Guadamuz.
En estos momentos, se está trabajando en un proyecto que sería la primera fase de implementación de buses eléctricos a gran escala, aunque todavía está en etapa de negociación y no hay demasiados detalles, recién podría pensarse en un transporte público eléctrico para 2025.
La importancia de los planes pilotos
Aunque la diputada Cambronero reconoce que, en general, no se ha hecho un intento realmente contundente para transformar el transporte público hacia la electromovilidad, los planes piloto de buses eléctricos han sido el mayor acercamiento que ha tenido el país.
Cabe destacar que los pilotos de e-Buses en Costa Rica han arrojado resultados significativos que han impactado tanto en la percepción pública como en la viabilidad técnica y operativa de la electrificación del transporte público.
Estos proyectos, que se iniciaron con la implementación de tres buses eléctricos donados por el gobierno de Alemania y otros seis donados por la República Popular de China, operaron en tres rutas principales de la Gran Área Metropolitana.
«El hecho de que los operadores hayan tenido estos buses en sus empresas, operándolos durante varios meses, contribuyó significativamente a generar confianza en la tecnología tanto entre los operadores como entre los usuarios a nivel nacional’’, asegura Gerardo.
Además de consolidar la confianza en la tecnología, los proyectos piloto sirvieron para visibilizar datos fundamentales que impulsaron la formulación de estrategias y políticas a nivel nacional.
Se identificaron condiciones habilitantes necesarias para la implementación masiva de buses eléctricos, así como se establecieron pautas para la regulación tarifaria y el reconocimiento de costos para los operadores.
Estos datos fueron cruciales para comenzar a trazar la hoja de ruta hacia la electrificación masiva del transporte público en el país.