Brasil | Buses
lunes 29 de julio de 2024
Promete avances. Pese a estar «retrasado» en la carrera, 3 ciudades de Brasil apuestan por buses eléctricos
C40 Cities revela a Mobility Portal Latinoamérica cómo está avanzando el proyecto de electrificación de buses en Brasil, marcando un hito en la transformación del transporte público en la región.
sao paulo, brasil.
Compartí la nota

Según Mariana Batista, TUMI E-Bus Mission LATAM Manager en São Paulo de C40 Cities, la transición del transporte público varía de ciudad en ciudad en el gigante latinoamericano. 

São Paulo, por ejemplo, ya cuenta con más de 100 buses eléctricos y 200 trolebuses con esta misma tecnología, consolidándose como un referente en la región. 

Para este año están previstos 2.600 autobuses eléctricos, ¿llegará a cumplirse la meta?

Un punto a destacar es que las empresas que operan transporte público en la ciudad de São Paulo recibirán del ayuntamiento un subsidio entre 21% y 32% mayor por cada autobús eléctrico en comparación con los vehículos propulsados ​​por gasoil. 

La ordenanza con las normas para la adquisición de estos autobuses y la percepción de importes enumera los precios máximos estimados para los vehículos diésel y eléctricos, según las categorías de modelos.

Sin embargo, la realidad es que el precio de este tipo de autobús puede ser entre tres y cinco veces superior.

Por ejemplo, en el caso de un vehículo articulado de 21 metros, el precio para los modelos diésel está fijado en R$ 1.35 millones, en contraste con uno eléctrico que cuesta R$ 4.1 millones.

En cuanto al midi, que es el micrón y la categoría más pequeña disponible en el mercado eléctrico, el modelo diésel cuesta R$ 496.000, mientras que el modelo a batería tiene un precio de aproximadamente R$ 2.3 millones.

Curitiba, aunque más modesta en números con 7 buses eléctricos, tiene planes para expandir su flota a más de 60 buses en el corto plazo. 

Además, va a contar con una red de recarga de vehículos eléctricos. El objetivo es incentivar la electromovilidad y la descarbonización de la flota dentro del compromiso asumido por la ciudad de adoptar medidas para reducir la emisión de gases de efecto invernadero y minimizar los efectos del calentamiento global.

En este marco, la Urbanización de Curitiba (Urbs) será la responsable de la instalación y funcionamiento de los equipos.

“Tenemos autobuses eléctricos, taxis eléctricos y ahora una red de recarga de vehículos eléctricos distribuida por toda la ciudad. Comenzaremos con puntos en seis lugares y estudiaremos la instalación de estas estaciones en áreas de estacionamiento regulado en la ciudad”, anunció el alcalde Eduardo Pimentel a fines de 2023. 

Por su parte, Salvador, opera 8 buses eléctricos en su sistema Bus Rapid Transit (BRT), pero ya aseguró una inversión del Banco Mundial para adquirir 100 más.

Cabe destacar que recientemente, la alcaldía de la ciudad, en colaboración con Nansen, una empresa especializada en infraestructura para la movilidad eléctrica, inauguró la terminal pública más grande para la recarga de autobuses eléctricos en Brasil.

El proyecto, encabezado por la Secretaría Municipal de Movilidad (Semob), forma parte del sistema BRT y costó R$ 4 millones a las arcas públicas. Este incluye la instalación de 10 terminales de recarga, con una potencia de 160 kWh y capacidad para recargar 20 autobuses simultáneamente en hasta tres horas y media.

Aun así, comparado con otros países de América Latina, Brasil muestra un panorama mixto.

“Si lo comparamos con Colombia y Chile, seguramente está retrasado”, explica Batista a Mobility Portal Latinoamérica durante el evento Smart City Expo Latam Congress. 

Lo cierto es que Colombia y Chile encabezan la transición del transporte público con 1.500 y 2.000 buses eléctricos respectivamente, mientras que los brasileños recién empiezan a pisar el acelerador. 

Aunque, el interés del Ministerio de Ciudades y la Secretaría de Movilidad en la electromovilidad es una señal importante: están impulsando un proyecto de aceleración en este campo que promete transformar muchos municipios.

La financiación: un reto importante para el transporte público

Este proyecto incluye la financiación de buses más limpios, tanto Euro 6 como eléctricos. 

En este sentido, la ejecutiva reflexiona: “El desafío más grande es la financiación y los contratos con los operadores. La infraestructura también es un reto, aunque Brasil tiene energía limpia, preparar la red eléctrica para cargar los buses es crucial”. 

Entonces, ¿cómo se incentiva? ¿se hace mitad y mitad, parte pública y parte privada?

“Los modelos de negocio son diversos. Lo más común es que haya una parte de subsidio de la ciudad”, indica Batista.

Aquí, la separación de actores es fundamental: los operadores operan los buses, los dueños de los buses son otros, y la infraestructura está a cargo de un tercer actor o de uno de los otros dos.

Para la experta eMobility “no es bueno que un único actor sea responsable de tener el activo”.

Un caso es el de Salvador, que busca llevar adelante la infraestructura pública para que los operadores no tengan que ser responsables de ella. 

MoVer: el sueño verde de Lula

Por otro lado, Brasil espera de forma inminente la sanción del programa Movilidad e Innovación Verde (Mover) por parte del presidente del país, Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva, luego de su reciente aprobación en la Cámara de los Diputados con 380 votos a favor y apenas 26 en contra.

Este programa incentiva inversiones en nuevas rutas tecnológicas y aumenta los requisitos de descarbonización del parque automotor brasileño, incluidos turismos, autobuses y camiones.

La iniciativa fue lanzada a finales del año pasado y, desde entonces, motivó una serie de anuncios de inversiones en el sector automotriz.

Construido por el Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, en colaboración con los Ministerios de Finanzas y de Ciencia, Tecnología e Innovación, Mover tiene como objetivo ampliar las inversiones en eficiencia energética.

Prevé límites mínimos de reciclaje en la fabricación de vehículos y la creación del IPI Verde, un sistema en el que quienes menos contaminan pagan menos impuestos. Además, aumenta los requisitos obligatorios de sostenibilidad para los vehículos nuevos vendidos en el país.

¿Cuál es su impacto hasta el momento? Inversiones que redefinen la industria.

El impulso del programa no solo potenciará a aquellos que ya dieron sus anuncios en 2023 como respuesta directa a las medidas proactivas del actual gobierno brasileño, sino que desencadenó recientemente numerosas inversiones por parte de las principales automotrices del mundo.

Una docena de inversiones cero emisiones en Brasil

En São Paulo, la planta de Mercedes Benz en Iracemápolis fue adquirida por la empresa china GWM, que planea invertir 2.000 millones de dólares hasta 2032. 

La producción de vehículos híbridos y eléctricos está programada para comenzar en 2024, que marcará un hito para la empresa y el país.

Mientras tanto, en Bahía, el gigante BYD ha comprometido 620 millones de dólares en tres fábricas en el complejo de Camaçari

Este acuerdo, consolidado durante la visita de Lula a China el año pasado, es un testimonio del atractivo de Brasil como hub de tecnología verde. 

De este modo, el BYD Dolphin será el primer vehículo eléctrico completamente brasileño.

No caben dudas que la sinergia entre las políticas del MoVer y las inversiones de las automotrices se ve reflejada en cada rincón del país. 

Volvo, con una puesta en marcha de 181 millones de dólares en Curitiba, busca avanzar en la investigación y desarrollo de tecnologías de descarbonización. 

A su vez, BMW, después de un año récord en ventas de vehículos eléctricos, está electrificando su planta de Araquari para producir el BMW X5 híbrido, entre otros modelos.

Por otro lado, Volkswagen, no queriendo quedarse atrás, anunció la producción de autobuses eléctricos e-Volksbus en su planta de Resende a partir del segundo semestre de 2024. 

Esta iniciativa forma parte de una inyección total de 505 millones de dólares entre 2021 y 2025.

Además, Stellantis destinará 6.000 millones de dólares hasta 2030 para lanzar más de 40 nuevos productos. 

Pero, las inversiones no se detienen aquí. Hyundai, con una inversión planificada de 1.100 millones de dólares hasta 2032, se alinea con las políticas del MoVer para descarbonizar su producción. 

En paralelo, General Motors pondrá 1.420 millones de dólares hasta 2028, reafirmando su compromiso con la renovación de su cartera de vehículos en Brasil.

¿Y Toyota? La automotriz japonesa está preparada para anunciar una inversión de 2.200 millones de dólares en su planta de Sorocaba.

Incluso Jaguar Land Rover, mirando hacia adelante, planea producir vehículos eléctricos en su moderna fábrica de Itatiaia en los próximos tres años. 

También Audi, con su ambicioso plan de lanzar 20 nuevos coches electrificados globalmente para 2025, incluye a Brasil como un mercado clave.

«Queremos un Brasil que sea un referente en la producción de vehículos eléctricos», declaró Lula en una conferencia de prensa. «MoVer no solo busca reducir nuestra dependencia del petróleo, sino también posicionarnos como líderes regionales en innovación y sostenibilidad».

No se trata solo de un testimonio sobre la capacidad de Brasil para reinventarse y ponerse al frente de la electromovilidad: el programa MoVer y las inversiones masivas de las automotrices están armando un nuevo escenario para el país.

Destacados.