Chile | Camiones
jueves 19 de diciembre de 2024
Pasos a seguir. Estos son los desafíos eMobility del transporte pesado chileno a 2028
Las próximas regulaciones de eficiencia energética y a entrada en vigor de la norma Euro VI perfilan un cambio estructural en el transporte pesado chileno. ¿Está el sector listo para abordar la sostenibilidad?
En Chile se debate intensamente sobre la eficiencia energética del transporte pesado, clave en la emisiones de carbono para incrementar la sostenibilidad del sector.
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El sector del transporte pesado en Chile se encuentra en una encrucijada, ya que representa un 35% de las emisiones de carbono del transporte en el país y por lo tanto su eficiencia energética es clave tanto para la economía como para la sostenibilidad ambiental.

Ante la implementación de la norma Euro VI en 2024 y la entrada en vigor de las normativas de eficiencia energética en 2028, la pregunta central es: ¿está el sector preparado para este desafío?

El Centro de Movilidad Sostenible realizó un análisis de las perspectivas para este segmento del transporte, con una mirada hacia los próximos años. El informe destaca que desde la adopción de la norma Euro I en 1992, Chile ha avanzado significativamente en la reducción de emisiones vehiculares.

La norma Euro VI, vigente en Europa desde 2013, ahora establece estándares más rigurosos para contaminantes y partículas emitidas. Sin embargo, la regulación sigue centrada exclusivamente en los motores, dejando fuera aspectos cruciales como:

  • Carga del vehículo.
  • Ciclos reales de conducción.
  • Eficiencia de componentes adicionales.

Por eso, se destaca que «un enfoque más integral, que evalúe el rendimiento global de los vehículos pesados, resulta indispensable. Esto incluye metodologías de prueba más realistas, adaptadas a las condiciones operativas de Chile».

Condicionantes de la eficiencia energética para el transporte pesado

El mercado de vehículos pesados en Chile experimentó un crecimiento del 40% entre 2018 y 2022, impulsado por la recuperación económica y la demanda de transporte confiable. No obstante, este crecimiento presenta retos significativos:

  • Alta dependencia de importaciones: Chile importa vehículos de Europa, Estados Unidos, Japón, Brasil y China, cada uno con estándares distintos.
  • Fuerte concentración de marcas: Fabricantes como Mercedes-Benz, Scania, Volvo y Volkswagen dominan el 50% del mercado, especialmente en el segmento de camiones pesados.
  • Segmentación del mercado: Mientras las marcas japonesas lideran en camiones livianos, los europeos controlan un 80% de los camiones pesados, destacando la necesidad de regulaciones específicas para cada segmento.

Esta diversidad tecnológica y comercial complica el diseño de normativas uniformes y efectivas. Por otro lado, el análisis indica que «uno de los principales problemas regulatorios en Chile es la falta de una clasificación única y estandarizada para los vehículos pesados».

Actualmente, coexisten múltiples sistemas: la Clasificación N1, N2 y N3, basada en el peso bruto vehicular y categorizaciones internas de fabricantes e importadores entre camiones livianos, medianos y pesados.

La ausencia de un sistema uniforme limita la recopilación de datos consistentes y dificulta el diseño de regulaciones adaptadas a la realidad del mercado chileno. Es crucial implementar un registro robusto y detallado del parque vehicular, que incluya:

  • Configuración de ejes.
  • Tipo de cabina (diurna o dormitorio).
  • Tecnología utilizada.

El horizonte regulatorio de 2028 marca un punto de inflexión para el sector. Las nuevas normativas de eficiencia energética buscan reducir el impacto ambiental del transporte pesado, promoviendo un cambio hacia tecnologías más limpias. Sin embargo, para que esta transición sea efectiva, «es imprescindible actuar ahora» remarca el informe.

Las claves del éxito para la sostenibilidad de los pesados

  • Colaboración multisectorial: La cooperación entre autoridades, fabricantes e importadores es esencial para alinear objetivos y recursos.
  • Inversión en infraestructura: Desde estaciones de carga eléctrica hasta soluciones logísticas más eficientes, la infraestructura debe evolucionar junto con las regulaciones.
  • Recopilación de datos: Un parque vehicular caracterizado permitirá diseñar políticas basadas en evidencia.

Para cerrar, el estudio resume que, si bien el camino es desafiante, la transformación del transporte pesado representa una oportunidad para que Chile lidere la región en sostenibilidad.

«Con políticas bien fundamentadas y un compromiso real por parte de todos los actores, el país puede consolidarse como un referente en el transporte eficiente y bajo en carbono» se señala.

«La pregunta ya no es si Chile debe avanzar hacia un transporte pesado más sostenible, sino cómo garantizar que esta transición sea justa, efectiva y adaptada a las necesidades locales. La respuesta comienza con acciones concretas hoy» concluye.

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