En su “nueva era”, Colombia apunta a convertirse en el país con la flota eléctrica articulada de troncales más grande del mundo y el esquema de financiamiento que llevará adelante Transmilenio no es un dato menor.
El plan plantea la incorporación de más de 600 buses de bajas y cero emisiones. La primera etapa comenzó con el proceso de licitación de 296 buses articulados y biarticulados: 156 serán 100% eléctricos, mientras que la tecnología del resto dependerá de las ofertas del mercado.
Con una inversión de 244 millones de dólares, que se enmarca dentro del Plan de Desarrollo Distrital de Bogotá, operarán desde el patio El Vínculo en Soacha para realizar la recarga correspondiente.
En ese proceso, que abarca los próximos cuatro años de gestión bajo la administración de Galán, la Secretaría de Movilidad representa el segundo sector con mayor presupuesto.
“Somos responsables de más del 30% de dicho presupuesto, reflejando así nuestra prioridad y compromiso con la ciudad. Nuestras líneas estratégicas están diseñadas para cumplir con este Plan de desarrollo”, indica María Fernanda Ortíz, gerenta General de Transmilenio.
Además, en pos de fortalecer la calidad de los más de cuatro millones de viajes diarios, alega: “Todo esto debe ser viable financieramente a largo plazo”.
Dentro del plan de Galán, el presupuesto específico de Transmilenio es de más de seis billones, lo que representa el 30,8% del total de la inversión de los objetivos del sector de movilidad.
Durante los próximos cuatro años, se enfocarán en tres proyectos que operarán en las nuevas troncales del Sistema Transmilenio, la Avenida Carrera 68, la Avenida Ciudad de Cali y la extensión a Soacha.
En cuanto al modelo de negocios, cada etapa requerirá una separación entre la provisión y la operación. La provisión será bajo la modalidad de contrato de concesión y compra directa, mientras que la operación será también con contrato de concesión.
¿Cómo funciona el sistema presupuestal en la actualidad y cómo lo plantean a futuro para financiar buses eléctricos?
En la presentación de la fase que entra en acción, revelaron que están analizando nuevas alternativas en relación a las fuentes de pago.
“Transmilenio, como responsable de este sistema integrado, nunca ha dejado de pagar las concesiones conforme a las tarifas de remuneración pactadas. La ciudad ha respaldado esto al 100%, garantizando la solidez financiera del sistema y proporcionando tranquilidad a las empresas privadas”, indica Ortíz.
Vale destacar que más de 120 empresas internacionales y nacionales están interesadas en el proyecto e Invest in Bogotá será la encargada de articular los espacios para facilitar la inversión extranjera como “motor de desarrollo” de la ciudad.
¿A quienes se refiere? A fabricantes, concesionarios, fondos de inversión, firmas de movilidad eléctrica y tecnología que buscarán robustecer el sistema público de transporte a través de lo que denominan “Fase VI”.
En la actualidad, la empresa cuenta con dos fuentes principales de recursos para pagar 47 concesiones que están operativas.
La primera es la tarifa al usuario, que se recoge de los pagos de los usuarios cuando utilizan el sistema. Esta tarifa es igual para zonas y troncales.
A su vez, reciben transferencias directas del distrito a través de la Secretaría de Hacienda, respaldadas también por el Fondo de Estabilización Tarifaria (FET) de la Secretaría de Movilidad.
“La combinación de estas dos fuentes nos ha permitido cumplir con el 100% de nuestros compromisos contractuales desde el inicio del sistema. Estos recursos fluyen hacia una fiducia central, específicamente la Fiducia del SITP, desde donde se distribuyen a las diferentes fases y contratos”, explica.
Leer más: Exfuncionario acerca «una propuesta» para financiar buses eléctricos en Medellín
Además, anuncia que están trabajando en dos fuentes adicionales para fortalecer la sostenibilidad financiera del sistema, que están contempladas dentro del PDD: una proviene de las Vigencias Futuras Distrito y la otra se estima que sea respaldada por el Gobierno Nacional.
El primer enfoque representa un cambio importante, ya que separa parte del componente de inversión en flota e infraestructura de la tarifa técnica del sistema, lo cual es crucial para estabilizar a largo plazo.
El respaldo del Gobierno Nacional se espera para cofinanciar estos proyectos y reducir así el fondo de estabilización tarifaria, lo que permitiría mantener una tarifa técnica más baja durante los próximos 10 años.
¿De qué se trata esta “nueva era” con 296 buses de baja y cero emisiones?
Tras cinco fases desarrolladas a lo largo de 24 años -que tuvo dos componentes: el sistema troncal y el zonal- Transmilenio da inicio a la sexta fase.
Puntualmente, esta iniciativa se centrará en el componente troncal para lograr la integración del servicio en Bogotá y los municipios vecinos.
Es el proceso de vinculación de flota nueva de cero y bajas emisiones para la operación de las nuevas troncales: la Avenida Carrera 68, la Avenida Ciudad de Cali, la extensión a Soacha, la Carrera 7 y la Calle 13.
¿Qué buscan en concreto? Con la presentación de la hoja de ruta, que contiene las características de la licitación, se espera que el concesionario haga su “propio diseño” e implemente la solución más eficiente para satisfacer las necesidades del diseño operacional.
Se estima que la flota se dividirá en dos lotes. Primero serán 296 buses de los más de 600 que se pretende alcanzar.
El primer lote será de 140 buses articulados, que mínimo tienen que ser con tecnología Euro VI, que pueden ser eléctricos, diesel y gas natural, dependiendo de la posibilidad del mercado.
Mientras que en el segundo se contemplan 156 buses articulados que tendrán que ser 100% eléctricos.
Para eso, entregarán infraestructura de soporte, dividida en dos patios. “El vínculo”, ubicado en Soacha, y “La sexta” que es un icono en Bogotá.
En este último, el concesionario de provisión tendrá que realizar las concesiones de infraestructura requeridas.
Se espera que los concesionarios diseñen un sistema integral y una “solución operacional”, que incluya desde el bus y la marca hasta el tamaño y especificaciones técnicas de las baterías, la infraestructura de recarga y la distribución en los patios.