Los vehículos eléctricos cuentan con una barrera común para su acceso: el costo. El componente de mayor valor es la batería, la cual podría ser abaratada a través de la implementación del sodio en su confección.
Grandes empresas dedicadas a la fabricación de estos componentes para vehículos eléctricos, como CATL, están tomando iniciativa. La firma aborda un proyecto que busca reemplazar al litio para abaratar costos en el componente.
Expertos afirman que se ha conseguido buen desempeño de la batería y los ciclos que logra el dispositivo son altos y ofrece resiliencia. Así mismo, aún la densidad de aprovechamiento de energía es baja.
Pros y contra de las baterías de sodio
Esta tecnología promete ser “la nueva revolución tecnológica” y reemplazaría al litio como componente principal para el almacenamiento de energía.
El mismo se presenta en productos compuestos por litio-ferrofosfato, lo cual optimiza los costos en relación a otros minerales raros.
Cabe destacar que, si bien este mineral se ha disparado en precio en los últimos años, también ha sufrido una depreciación en los últimos meses llegando a USD 65.000 la tonelada.
A pesar de esta disminución del precio internacional y de la abundancia del recurso, el sodio se vende entre el 1% y el 3% del precio del litio, además de ser aún más abundante.
Asimismo, el 90% de las reservas de carbonato de sodio se encuentran en Estados Unidos. China, por su parte, produce carbonato de sodio sintético en plantas químicas alimentadas con carbón.
A raíz del impacto ambiental de esta actividad, las autoridades del gigante asiático analizan posibilidades para reemplazar el abastecimiento de energía.
Otra ventaja, tiene que ver con la resistencia a la variación en la temperatura que ofrece el sodio. A su vez, este recurso no es inflamable.
En cuanto al proceso de fabricación, la utilización de sodio puede ser ejecutada de la misma forma que el litio. De esta manera, de cambiarse el recurso, no implicaría inversiones para modificar el proceso de fabricación.
Como contracara de las ventajas, vale mencionar que pueden ser más pesadas que las de litio, afectando la autonomía de los vehículos cero emisiones.
A su vez, al haber entrado a competir en el mercado de las baterías, este componente habría influido en la disminución del costo del litio y, por consiguiente, incentivando a persistir en la implementación de este último en la fabricación de baterías.
Este año, CATL comenzará a fabricar en masa packs mixtos con celdas de sodio y litio, una solución que permite combinar el bajo coste del sodio con la mayor capacidad ofrecida por el litio.
¿Qué lugar tienen los países de América Latina en la confección de baterías?
En Latinoamérica, los principales países con reservas de litio (Bolivia, Chile y Argentina), no se destacan por la proveeduría del mineral hacia otras latitudes para su refinamiento y confección de autopartes de almacenamiento.
A su vez, los dos primeros países han definido una estrategia en donde será el Estado el que dote de orientación al tratamiento del recurso, dando cierto espacio al sector privado.
En Argentina aún no se le ha dado un tratamiento específico, aunque autoridades nacionales han mencionado que lo preferible es que se confeccionen baterías o componentes de las mismas en territorio nacional.
Otro de los países que ha implementado una estrategia particular para el litio es México, el cual ha instado a Tesla a construir baterías en su territorio, aunque hasta el momento no se ha concretado esa aspiración.
Las baterías que proveerán a la automotriz en el país gobernado por López Obrador provendrán de Austin, Texas.
A su vez, cabe destacar que una de las proveedoras de la firma de Elon Musk es Livent, la empresa que explota el litio en Catamarca, Argentina hace más de 30 años.