Uruguay es un país que no cuenta con normativa para realizar retrofit, por tal motivo, se trata de una práctica permitida pero aún sin reglamentar.
Gabriel González Barrios, Director de Organización Autolibre, comentó a Portal Movilidad que desde una perspectiva de tratar a la conversión como una práctica profesional se iniciaron conversaciones con autoridades para intentar delinear una normativa futura al respecto.
“Hago hincapié en que aunque estemos en países que no tienen normativa nos estamos enfocando desde un inicio en que esto tiene que ser hecho en talleres instaladores, en empresas y que tiene que tener un procedimiento y capacitación correcta”, introduce González Barrios.
El Director de Autolibre compartió: “Estamos colaborando con los organismos del Estado en Uruguay, reuniéndonos con el Ministerio de Industria para generar una directiva nacional en la transformación de vehículos a eléctricos”.
De esta forma se inicia la etapa de conversaciones previas en formato de reuniones virtuales con actores públicos y una gran cantidad de empresas interesadas aunque sin plazos definidos de momento para las siguientes instancias.
“El Estado evidentemente está interesado porque en algunos países que no son grandes o apostás directamente a la importación de vehículos producidos en otro país y renunciás totalmente a la generación de empleos locales y al desarrollo de I+D nacional, o apostás a tener también en forma paralela una norma que te permita el desarrollo en tu país de empresas locales que hagan el proceso, generen puestos de trabajo y un ecosistema”, argumenta González Barrios.
A su vez agrega: “El gobierno está muy interesado en generar empresas locales que hoy pueden estar dedicadas a la conversión de vehículos eléctricos pero en pocos años también pueden estar dedicadas a generar un modelo de vehículo totalmente nuevo con carrocería nacional”.
De momento se está conversando sobre una norma que ponga énfasis en la seguridad eléctrica, el estilo de cableado, los interruptores de seguridad, procedimientos de seguridad eléctrica, frenos e instalación de baterías entre otras cuestiones de relevancia.
Cabe remarcar que los países donde mejor se desarrolla la producción local de vehículos eléctricos son los que tienen menores costos de aranceles, por su contrario, Argentina, Brasil y Uruguay tienen un arancel externo común que hace que el impuesto de importación sea de entre 70% y 80%, los más altos del continente.
“Una de las cosas que planteamos en las reuniones es que sería buena idea que si en Uruguay se va a plantear legislar conversiones sería de justicia que si los vehículos eléctricos importados en el país tienen una notable reducción de impuestos de importación que los elementos para fabricarlos o convertirlos tuvieran por lo menos el mismo tratamiento”, agrega el ejecutivo.
La Organización Autolibre apoya estas instancias teniendo en cuenta que su modelo de negocio original no era la apertura de un taller de conversiones en Uruguay sino facilitar el ecosistema en toda América Latina para que varias empresas y talleres pudieran comenzar a desarrollar conversiones locales.
El proyecto de la organización está basado en micro fábricas, se trata de empresas locales ubicadas en ciudades de América generando conversiones de vehículos eléctricos a medida del cliente con quienes coordinan la provisión de sistemas a la red de talleres.
“Tenemos muy claro que en Latinoamérica no vamos a tener el mismo ritmo de desarrollo de mercado de vehículos eléctricos que tiene el primer mundo porque evidentemente tenemos urgencias de desarrollo en otros aspectos”, concluye el Director.