En un contexto de expansión para el parque vehicular cero emisiones de Brasil, el Senado se prepara para debatir un nuevo proyecto de ley que propone establecer reglas claras para la recolección, reciclaje y disposición final de baterías de autos eléctricos.
La medida hace foco en uno de los componentes más críticos de esta cadena y llega en un momento clave para consolidar políticas sostenibles y reforzar la seguridad ambiental en un mercado en rápida evolución.
Solo en 2024, Brasil registró más de 138 mil vehículos electrificados livianos vendidos, duplicando el volumen del año anterior, mientras la infraestructura de carga alcanzó los 12 mil puntos activos, según la Asociación Brasileña de Vehículos Eléctricos (ABVE).
El proyecto (PL 2132/2025) tiene como meta la creación de la Política Nacional de Circularidad de Baterías de Autos Eléctricos.
La propuesta del senador Jaques Wagner, del PT de Bahía, gira en torno a la prevención y reducción de los efectos negativos del descarte de baterías y la generación de residuos; como así también el desarrollo de la cadena productiva del reciclaje.
Wagner destacó que, de aprobarse, esta ley “permitirá la extracción sostenible de residuos minerales de baterías usadas”.
Citando el aumento del 80% en las ventas de vehículos eléctricos en Brasil el año pasado, el senador recordó que este tipo de baterías tienen una vida útil de 15 a 20 años.

El Senador Jacques Wagner, autor del PL sobre reciclaje de baterías.
“Son materiales difíciles de descartar, por eso el proyecto quiere implementar una política nacional de reciclaje al respecto”, señaló el legislador ante la Cámara al presentar.
Según Wagner, de no tomar carta en el asunto; “pronto habrá una montaña de baterías que no tendremos dónde meter».
«Y es posible reciclarlas, porque hay muchos productos dentro de una batería que ya se ha agotado que se pueden reutilizar”.
El PL, que fue remitido a los comités temáticos antes de ser votado en el Plenario, incluye la exigencia de que los fabricantes informen la composición de las baterías y la cantidad de estos materiales; los ciclos de carga y su trazabilidad.
“La idea es reconocer que el volumen de baterías eléctricas está aumentando mucho, por lo que obviamente tenemos que estar preocupados”, explicó Wagner, tal como recoge Radio Senado.
“Corresponderá a las Autoridades Públicas definir estándares y objetivos de sostenibilidad para la recuperación de materiales de las baterías. También se creará un pasaporte u otro certificado que permita la trazabilidad del producto”, amplió.
Esta información estará disponible para los consumidores y aquellos involucrados en la remanufactura, reutilización y recuperación de valor de las baterías.
Incentivos para la producción local de autos y baterías
El proyecto además prevé incentivos para todas las etapas de esta cadena productiva, así como inversiones orientadas al desarrollo y producción de baterías más eficientes y adecuadas, en colaboración con estados y municipios.

La segunda vida de las baterías puede reportar múltiples beneficios.
Este punto es esencial: en los últimos dos años, Brasil se consolida como hub regional de producción automotriz.
Casi todas las semanas se produce el anuncio de alguna inversión -generalmente de empresas chinas- que refuerzan el rol del gigante sudamericano en este rubro.
Por citar el ejemplo más reciente, durante una visita diplomática del presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva a China se confirmó la construcción de una fábrica de vehículos electrificados de GAC Motor en el país.
Será además, el primer centro de producción de la automotriz china en Sudamérica, que le permitirá una sólida expansión y posicionamiento en la región.
Hasta ahora, GAC no vendía sus vehículos en el mercado brasileño. Su debut se llevará a cabo este 23 de mayo, con la presentación de tres de sus modelos: el SUV Aion V, el coupé Hyper HT y el SUV híbrido Emkoo.
Como los planes de producir localmente tomarán un tiempo en desarrollarse, comenzará llevando sus productos importados.
Este tipo de proyectos van en sintonía con políticas oficiales que, desde el año pasado, apuntan a desalentar la importación de vehículos eléctricos para fomentar la producción local.
Ejemplo de ello es la aplicación futura (2027) del polémico Impuesto Selectivo a los vehículos eléctricos y el progresivo restablecimiento de aranceles a la importación de modelos electrificados.
Algunos resultados de la estrategia ya se están viendo: BYD, la empresa china de autos cero emisiones ya instaló en Brasil su primera planta fuera de Asia, y compañías competidoras como GWM y GAC realizaron anuncios similares.