Quito refuerza su apuesta por la electromovilidad con el desarrollo de una nueva ordenanza que regulará y promoverá el uso de transporte eléctrico en la ciudad.
La medida busca incentivar la adopción de vehículos eléctricos mediante beneficios fiscales y no fiscales.
Antonio Chamorro, Especialista Técnico especializado en E-Mobility de la Secretaría de Movilidad de Quito, señala que la ordenanza permitirá facilitar la transición hacia tecnologías más limpias en el transporte público y privado.
«Estamos en desarrollo de este proyecto de ordenanza, en el cual se incorporarán incentivos tanto fiscales como no fiscales para fomentar la electromovilidad», afirma.
El marco normativo en construcción se alinea con otras políticas nacionales, como la Ley de Eficiencia Energética y la Ley de Competitividad Energética, que establecen tasa cero de impuestos para la movilidad eléctrica y sus componentes.
Además, Chamorro destaca que existen tarifas diferenciadas para el suministro de energía eléctrica, lo que representa un aliciente económico para la adopción de tecnologías cero emisiones.
Si bien el proyecto aún se encuentra en desarrollo, el especialista asegura que existe un fuerte impulso desde el gobierno municipal para su pronta implementación.
«Es un deseo del alcalde que esta ordenanza salga lo más pronto posible, por lo que estamos trabajando arduamente en su elaboración», enfatiza.
La incorporación de trolebuses eléctricos en Quito
En paralelo a la regulación, la ciudad avanza en la renovación de su flota de transporte público con la incorporación de 60 trolebuses eléctricos.
«Dentro de un convenio entre la Empresa de Pasajeros de Quito y UNOPS, se adquirieron estas unidades, de las cuales más del 90% ya han llegado al país», explica Chamorro.
Los nuevos vehículos no requieren infraestructura de carga convencional, ya que operan mediante líneas aéreas de contacto.
Sin embargo, se ha realizado un proceso de repotenciación de la red para garantizar un funcionamiento eficiente.
Además, los trolebuses cuentan con baterías de respaldo de 75 kilómetros de autonomía, complementadas con dos estaciones de carga ubicadas en los talleres de El Recreo.
La totalidad de la flota entrará en operación lo más pronto posible, según disposición municipal.
El sistema de trolebuses de Quito tiene una historia destacada en América Latina. Fue uno de los primeros sistemas de electromovilidad en la región, implementado en la década de los 90, cuando la electrificación del transporte aún era una rareza en muchas ciudades.
La ordenanza y los desafíos en la transición al transporte eléctrico
El reemplazo de los trolebuses híbridos por unidades 100% eléctricas supone retos técnicos y operativos para la ciudad.
Chamorro explica que la eliminación de los motores de combustión interna representa un cambio significativo en la gestión del transporte, ya que las nuevas unidades dependen exclusivamente de la red eléctrica.
«El desafío radica en que ahora estos trolebuses ya no cuentan con un motor a combustión, sino con una batería eléctrica de 75 kilómetros de autonomía», detalla.
Además, otro de los aspectos clave en la transición es la interoperabilidad de los sistemas de carga.
Actualmente, los trolebuses adquiridos cuentan con conectores GBT, utilizados en muchos modelos chinos, mientras que a nivel mundial predomina el estándar CCS2.
Por ello, la Secretaría de Movilidad evalúa estrategias para garantizar compatibilidad entre diferentes tipos de conectores en las estaciones de carga públicas.
«No queremos dejar fuera otros tipos de conectores, por lo que la interoperabilidad debe ser una prioridad en la regulación», asegura Chamorro sobre la ordenanza.
Si bien aún quedan aspectos por definir, desde la Secretaría de Movilidad confirman que el trabajo para su implementación avanza a un ritmo acelerado.
«Estamos trabajando arduamente para que la ordenanza contemple todos los aspectos necesarios, desde la regulación de la infraestructura de carga hasta los incentivos adecuados para la adopción de vehículos eléctricos», concluye Chamorro.