En 2021, la startup ecuatoriana Indubus se había propuesto lanzar el primer bus eléctrico nacional en diciembre. Sin embargo, cuatro meses después, las autoridades aseguran que con la escasez de fondos con la que cuentan, continuar con el proyecto ha sido casi imposible.
“La causa principal del problema es la falta de financiamiento”, advierte Luis Jacome, fabricante de carrocerías y parte del proyecto junto a Indubus.
Y agrega: “Sumado a ello, la grave crisis que el sector carrocero del país ha tenido tras los efectos resultantes de la pandemia ha originado una paralización del sector productivo carrocero en un 80%”.
Según explica Jacome, los transportistas en este momento están tratando de pagar sus compromisos económicos contraídos antes de la pandemia, quienes dicen tener aproximadamente dos años de retraso en sus pagos.
Esto significa que para cumplir con sus compromisos, requerirán tiempo, luego capitalizar, y finalmente realizar la inversión, ahora que prácticamente ya están trabajando al 100% sin las restricciones biosanitarias impuestas por la autoridad.
En ese sentido, la empresa se encuentra trabajando en un modelo económico que se ajuste a las condiciones actuales del transporte en el país, de manera que resulte beneficioso para ambas partes.
Sin embargo, la realidad es que escasean incentivos que permitan desarrollar nuevas tecnologías, considerando que se requieren grandes inversiones en infraestructura complementaria.
“La tarifa de pasaje es fijada -35 centavos de dólar- y controlada por el Estado. El transportista requiere la revisión tarifaria para decidirse a cambiar los buses convencionales por los eléctricos”, señala Jacome.
Por su parte, Ricardo Rivadeneira, director de la firma, afirma que el proyecto ha continuado desarrollándose igualmente, tanto en lo que refiere al diseño de la unidad inicial como en los costos inherentes.
“Para ello hemos trabajado en la ingeniería de detalle así como en alianzas estratégicas con proveedores y cadenas de logística”, indica.
Pese a las dificultades que ha recorrido, Rivadeneira se muestra optimista ante el panorama futuro que se presenta.
“El mercado en Ecuador y América Latina está prácticamente intacto, y sus perspectivas de desarrollo futuro incluso han mejorado. La adopción de tecnologías sustentables para la movilidad humana en las grandes ciudades de la región está tomando un impulso interesante”, advierte.
Luego, añade: “Si bien es cierto que los flujos de inversión se han reducido, debido sobre todo a la desaceleración económica mundial, también es real que esto ha abierto oportunidades de nuevos productos y, sobre todo, ha puesto nueva tecnología más a nuestro alcance”.
En adelante, se espera que finalmente en el tercer trimestre del año pueda alcanzarse el lanzamiento de la unidad eléctrica en Ecuador.