La Asociación Polaca de Nueva Movilidad (PSNM), la mayor organización industrial que configura el mercado de la electromovilidad y la tecnología del hidrógeno, ha publicado un informe que indica los avances del país en este sector.
El documento especifica que, a finales de abril de 2024, Polonia habrá registrado 64.510 vehículos eléctricos (VE), entre turismos, furgonetas de reparto y camiones.
De ellos, 58.050 son turismos, lo que representa un crecimiento interanual del 59%.
Además, las matriculaciones de coches nuevos de cero emisiones alcanzaron las 1.264 unidades, un aumento del 3%, cambiando completamente el paradigma respecto al año anterior.
Tesla, Volvo y KIA lideraron las ventas en el mercado polaco, que representaron el 2,8% del total de VE en el tercer mes de este año.
Los camiones eléctricos y las furgonetas de reparto también experimentaron un notable aumento, alcanzando las 6.460 unidades, lo que supone un crecimiento del 70% en comparación con el año anterior.
¿A qué se debe esta progresión?
Quizá esté relacionada con la incorporación de 201 nuevos puntos de recarga al territorio.
Así, al final del periodo mencionado, Polonia contaba con 6.691 dispositivos públicos de recarga, lo que supone un aumento interanual del 37%.
De ellos, 4.801 son puntos de corriente alterna (CA), un 29% más que el año anterior, y 1.890 son cargadores rápidos de corriente continua (CC), que crecieron un 61%.
En cuanto a la distribución geográfica, Varsovia lidera la infraestructura con 621 dispositivos, seguida de Gdańsk con 297, Szczecin con 243, Poznań con 214 y Cracovia con 204.
En el sector existe una opinión destacada: la clave para atraer a nuevos consumidores a los coches eléctricos reside en la disponibilidad de una amplia red de dispositivos de recarga.
Una amplia infraestructura no sólo representa comodidad y confort para los propietarios de VE, sino que también alivia la preocupación por la limitada autonomía de las baterías.
Una vez analizados los datos, es hora de abordar la siguiente pregunta: ¿qué significan estas cifras para Polonia?
En el sector hay opiniones divergentes sobre si esta evolución es suficiente para provocar un cambio radical en el ámbito de la movilidad eléctrica, sobre todo teniendo en cuenta que el 13 de abril entró en vigor el Reglamento sobre Infraestructuras para Combustibles Alternativos (AFIR), que establece ambiciosos objetivos que los Estados miembros de la Unión Europea (UE) deben cumplir a corto y largo plazo.
Por un lado, hay cifras algo más optimistas, como la de Krzysztof Burda, Presidente de la Cámara Polaca de Desarrollo de la Electromovilidad (PIRE), que asegura que están en «una buena posición porque el número de estaciones de recarga aumenta cada mes».
Sin embargo, también puntualiza: «Tenemos algunos puntos de recarga, pero la mayoría son autónomos, un cargador con dos o tres puntos, y ese no es el objetivo final de AFIR».
«Nuestros objetivos son completamente distintos y tenemos que construir más puntos de recarga relacionados con la normativa», añade.
Por el contrario, en una conversación con Mobility Portal Europe, Grzegorz Cor, director del programa PIRE, afirma sin rodeos: «Puedo decir fácilmente que Polonia no podría cumplir el AFIR en estas condiciones. No creo que podamos con los esfuerzos, el dinero y la situación actual».
Su dura declaración tiene su origen en un reciente viaje en el que recorrió más de 1.000 kilómetros en un Tesla, concretamente por Francia y España, para probar la autonomía de los coches eléctricos.
Allí se encontró con el marcado contraste entre esos países y su estado natal debido a las numerosas estaciones de recarga existentes en los dos primeros.
Cor explica la razón de esta disparidad: «El anterior gobierno de los últimos ocho años no hizo lo suficiente. Quizá esta nueva administración lo haga, pero aún está en formación», afirma.