La reciente licitación para la adquisición de 269 nuevos buses eléctricos para TransMilenio ha generado un debate en Bogotá. Mientras el Distrito defiende la medida como un avance en movilidad sostenible, el concejal Juan Daniel Oviedo ha planteado serias dudas sobre el costo y viabilidad del proyecto.
Desde junio de 2024, el gobierno local confirmó la compra de estos vehículos, que se espera comiencen a operar a finales de 2025. Con su incorporación, la flota del sistema alcanzará un 48% de unidades de baja y cero emisiones, beneficiando a más de dos millones de usuarios.
La administración de Bogotá ha enfatizado los beneficios ambientales de esta decisión, destacando que los nuevos buses permitirán reducir aproximadamente 33.000 toneladas de CO₂ al año, lo que equivale a la plantación de 1.715.000 árboles.
Sin embargo, el concejal Oviedo ha manifestado su preocupación sobre el costo y la viabilidad operativa de la iniciativa, argumentando que la priorización exclusiva de buses eléctricos en la licitación podría no ser la mejor opción para Bogotá desde una perspectiva financiera y operativa.
Según sus declaraciones, esta inversión representa una decisión política más que técnica, impulsada por el presidente Gustavo Petro, quien ha condicionado su apoyo a proyectos de movilidad eléctrica o férrea en las principales ciudades del país.
Fundamentos de las críticas a la licitación de buses eléctricos
Para el funcionario, esta operativa no sería adecuada por los siguientes puntos:
- Costo elevado: Los buses eléctricos serían 52% más caros que los que operan con gas natural.
- Infraestructura insuficiente: Actualmente, Bogotá no cuenta con patios listos para albergar estos vehículos.
- Déficit financiero: TransMilenio enfrenta un déficit de 3 billones de pesos, lo que hace cuestionable la viabilidad económica del proyecto
Oviedo cuestionó si esta es realmente la mejor inversión para mejorar el sistema de transporte, considerando la necesidad de optimizar el servicio y reducir el uso del transporte individual en la ciudad.
Además, el concejal señaló que, dado que Bogotá cuenta con neutralidad tecnológica, la ciudad podría adquirir buses a gas o con estándares de gasolina limpia, en lugar de apostar únicamente por los eléctricos.
Otro de los problemas señalados por Oviedo es la falta de espacios de parqueo para estos vehículos. Según explicó, el Distrito aún no cuenta con los terrenos necesarios para establecer patios de estacionamiento y estos podrían tardar hasta dos años en estar listos.
La respuesta de TransMilenio
Ante las críticas de Oviedo, la gerente general de TransMilenio, María Fernanda Ortíz, respondió que los buses eléctricos no son más caros, sino que tienen un costo de propiedad 12% menor en comparación con los de combustión interna.
La funcionaria destacó que esta información proviene de estudios realizados con la flota eléctrica ya operativa en Bogotá, lo que refuerza la viabilidad financiera de la iniciativa.
Además, Ortíz defendió la decisión del Distrito de buscar cofinanciación con el Gobierno Nacional, asegurando que este mecanismo reduce en un 70% los costos de inversión que Bogotá tendría que asumir en la compra de los buses.
Finalmente, recordó que la ley exige una transición progresiva hacia la movilidad eléctrica, lo que significa que Bogotá debe adquirir al menos un 10% de su flota con esta tecnología en el período 2025-2027.
El debate en torno a la licitación de buses eléctricos para TransMilenio refleja los desafíos que enfrenta la ciudad en la modernización de su sistema de transporte.
Por un lado, la movilidad eléctrica ofrece beneficios ambientales y operativos, como la reducción de emisiones contaminantes y costos de mantenimiento. Sin embargo, el costo inicial de adquisición y la falta de infraestructura adecuada siguen siendo obstáculos importantes.
Bogotá ya cuenta con una flota de buses eléctricos en operación, lo que ha permitido evaluar su rendimiento y costos. No obstante, la falta de patios de estacionamiento adecuados y la crisis financiera de TransMilenio generan incertidumbre sobre la capacidad de la ciudad para integrar 269 nuevas unidades en el corto plazo.