«Para que una planta de ensamblaje de vehículos eléctricos sea funcional, es necesario que toda la cadena de valor esté en pleno funcionamiento”, son las palabras que esbozó Alberto Morisaki Cáceres, gerente de Estudios Económicos y Estadística de la Asociación Automotriz del Perú (AAP), a Mobility Portal Latinoamérica.
Con proyecciones que sugieren un impacto económico de $4.500 millones de dólares anuales, equivalente al 1.8% del PIB nacional, Chancay está destinado a ser un hub logístico clave en Latinoamérica.
Sin embargo, su potencial va más allá: podría sentar las bases para que Perú se convierta en un clúster automotriz de la región.
Se consolida como una caja de resonancia para las principales actividades económicas del país.
Una de estas aristas es el sector automotriz, ya que se especula que será un gran impulso para la importación y exportación de vehículos, hasta propiciaría la posible instalación de plantas ensambladoras de vehículos eléctricos.
Según un informe publicado por la AAP, para que esta posibilidad se vuelva una realidad, hay muchos factores que deben alinearse.
En el corto plazo, Chancay podría ser usado por empresas automotrices para enviar sus vehículos producidos en países vecinos, como Brasil, hacia mercados de todo el mundo.
¿La razón? La reducción de los costos logísticos de importación, el cual podría reducirse entre un 20% y 25%, según estimaciones del MTC y Proinversión.
No es un dato menor que, se espera, que se importen alrededor de 200.000 vehículos más anualmente.
En tanto, las inversiones para construir una planta ensambladora de vehículos eléctricos, las ven viables en el mediano plazo.
“La creación de una Zona Económica Especial sería fundamental para generar el entorno ideal para el desarrollo de esta industria”, aseguran desde la AAP.
Subraya la importancia de contar con una infraestructura robusta y la capacidad de procesar materias primas locales como el cobre y el litio, esenciales para la fabricación de vehículos eléctricos.
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¿Qué se espera a largo plazo?
El éxito de un clúster automotriz -como Nuevo León y Jalisco- dependerá de la capacidad del país para desarrollar una cadena de valor funcional.
“Cuando se encuentre consolidado como hub regional, y dicha ciudad sea una ZEE con polos industriales en pleno desarrollo, la atracción de plantas ensambladoras y proveedores podría llevar al desarrollo de un clúster automotriz en la región, similar a otros en América Latina, como en México y Brasil”, señala el informe.
Con una ZEE consolidada y un polo industrial en pleno desarrollo, Perú podría atraer plantas ensambladoras y proveedores internacionales, creando un clúster automotriz que potencie tanto la industria local como la cooperación internacional.
Este clúster no solo impulsaría el ensamblaje de vehículos eléctricos, sino que también fomentaría la colaboración entre empresas automotrices, instituciones académicas y el gobierno.
¿Cómo avanzan las ventas de vehículos electrificados en Perú?
En lo que va del año, se vendieron 4388 vehículos electrificados, más del 57% que el 2023, donde se registraron 2.783 unidades.
Durante los últimos cinco años, según cifras proporcionadas por la AAP, se observa un incremento sostenido en la electromovilidad del país.
En 2020, el panorama comenzó a cambiar con la venta de 302 unidades, alcanzando el 0.5% de participación en el total de ventas de vehículos.
En 2021, las ventas crecieron más del doble respecto al año anterior, con 755 unidades y una participación del 0.7%.
Ya para 2022, con la venta de 1.638 vehículos eléctricos, el mercado casi duplicó nuevamente sus cifras, alcanzando una participación del 1.4% del total de ventas.
El 2023 logró otro récord: la venta de 2.783 unidades. La participación de los vehículos eléctricos fue del 2.2%.
Finalmente, el punto más alto hasta la fecha se registra en agosto de 2024.
Este último mes se registraron 4.388 unidades, un 3.9% del total de vehículos vendidos en el país.
Vale destacar que Perú se caracteriza por ser un país sin regulaciones de electromovilidad que impulsen estas nuevas tecnologías.
Esto se traduce en que los vehículos eléctricos no gozan de muchos beneficios a la compra, como sí otros países de la región.