Santiago de Chile cuenta con un total de 6921 buses correspondientes a seis operadores, mientras que en las regiones este parque vehicular está conformado por 10325 buses que pertenecen a un total de 181 operadores.
“Hace un desafío importante a la hora de hablar de modernización del transporte público regional”, comentó sobre estos números Raúl Fernández, Coordinador de desarrollo urbano y electromovilidad de la División de Transporte Público Regional (DTPR) en el Seminario “Electromovilidad en Chile” organizado por el Instituto Nacional de Normalización (INN).
El funcionario indicó que se realiza un trabajo de lleno en la promoción de la electromovilidad en las regiones desde hace más de tres años, si bien aún no hay operación de e-buses en estas áreas geográficas.
Para que esto se concrete, se cayó en la necesidad de adaptar el estándar Red ya que los nuevos modelos propuestos no significan solo pasar de diésel a eléctrico sino dar un salto en otros aspectos que repercuten directamente en el costo de las unidades aumentándolas en hasta más del 50% comparado con los precios que se manejaron en Santiago debido a las características de los e-buses.
Una de las necesidades de la estandarización está basada en la segunda vida de las unidades: “Es súper importante estandarizar y hacer interoperable lo que empujáramos como estándar de carga y de comunicación dado que necesitamos que, por ejemplo, un bus que se da de baja en Antofagasta pudiera servir en Copiapó al igual que la infraestructura”, remarcó Fernández.
De esta forma, se fijó un pilar fundamental para regiones –el mismo que venía aplicando Santiago- en cuanto a tecnología, estándar y soporte de buses: la infraestructura de carga deberá permitirse mediante cargadores con el estándar CCS-2 o CCS combo 2 y las interfaces deberán permitir a lo menos la carga a través de corriente continua.
Al respecto, el referente del DTPR indicó: “Establecimos lo que a nuestro juicio era el mejor estándar que había en ese minuto y adicionalmente empujamos la interoperabilidad”.
Asimismo agregó: “Necesitamos estandarizar las nuevas tecnologías para un desarrollo consistente y sostenible en el tiempo”.
Durante su intervención en el Seminario, Fernández compartió que una brecha de implementación a saldar es la diferencia que se notó en el ahorro en el consumo: mientras para Santiago representaba 2 kilómetros por litro de diésel y se convertía en un kW/hora, en las regiones el rinde es de 4 kilómetros por litro de diésel y 0,85 kW/hora.
Cabe destacar que el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones proyecta a finales de 2022 tener en operación al menos 400 buses eléctricos en los primeros puntos –fuera de la capital- donde las bases de licitaciones ya se encuentran avanzadas.