En la electromovilidad, todo parece girar en torno a los vehículos y buses eléctricos. Sin embargo, es un ecosistema muy diverso.
Cada vez hay más oportunidades de negocio, desde la instalación de cargadores hasta el reciclaje de baterías, pasando por opciones como la movilidad compartida y su integración con energías limpias.
A continuación, Mobility Portal Latinoamérica recorre las alternativas más llamativas.
Infraestructura de carga y softwares inteligentes
El modelo de negocio en este sector no solo se limita a la instalación de estaciones de carga, sino también a la carga inteligente.
Esto implica el desarrollo de plataformas digitales que optimicen el uso de energía y la integración con redes eléctricas inteligentes (smart grids), lo que le permite a los vehículos cargar en horarios de menor demanda eléctrica para reducir costos operativos.
Además, la carga ultrarrápida, las tecnologías de carga inalámbrica y las app comienzan a ganar terreno.
Tal es el caso de Predictor EV, una aplicación que traza rutas inteligentes en Colombia.
Permite a los usuarios planificar sus trayectos con precisión, ofreciendo estimaciones de consumo energético, ubicaciones actualizadas de puntos de carga y una simulación del comportamiento de las baterías en terrenos complejos.
El futuro de la logística y el transporte corporativo
La electrificación de flotas es una de las tendencias más rentables para las empresas que buscan reducir costos operativos y mejorar su huella de carbono.
Desde la estrategia de Colombia para renovar taxis y vehículos de carga hasta la producción masiva de eléctricos en Brasil, la región se consolida como un referente en la descarbonización del transporte.
FedEx, DHL Express, Mercado Libre y Grupo Bimbo son algunas de las empresas que comenzaron a incluir vehículos eléctricos en sus operaciones logísticas, un sector que representa una gran oportunidad de inversión en América Latina.
En el caso de FedEX México, la empresa anunció que el 50% de sus vehículos de recolección serán eléctricos para 2025, utilizando modelos como la BrightDrop EV600 de General Motors.
En tanto, BYD y JAC Motors están liderando la venta de vehículos eléctricos comerciales, desde furgonetas hasta camiones de carga.
Leer más: Así Gobiernos y privados de Latinoamérica electrifican sus flotas en 2025
Movilidad compartida y micromovilidad
En ciudades con problemas de congestión vehicular como Lima, la movilidad compartida y la micromovilidad están emergiendo como alternativas viables.
Empresas como Grin, Movo y Bird han desplegado flotas de scooters eléctricos compartidos, ofreciendo soluciones de transporte de último kilómetro para usuarios urbanos.
Otro modelo de negocio en crecimiento es el carsharing de vehículos eléctricos.
Plataformas como Awto en Chile y Ekon en México están promoviendo sistemas de alquiler flexible de autos eléctricos, permitiendo a los usuarios acceder a un VE sin necesidad de comprarlo.
Retrofit y cómo modernizar flotas sin comprar vehículos nuevos
El retrofit, o conversión de vehículos de combustión interna a eléctricos, se ha convertido en una alternativa clave para la electrificación de flotas en América Latina. Empresas y gobiernos están apostando por esta solución para reducir costos y extender la vida útil de vehículos que aún pueden ofrecer un servicio eficiente.
El retrofit es especialmente atractivo para flotas de transporte público y camiones de carga, donde la inversión en vehículos eléctricos nuevos puede ser demasiado alta.
A nivel normativo, algunos países aún enfrentan barreras para homologar estos vehículos convertidos, pero el avance de regulaciones específicas para retrofit podría impulsar aún más este mercado.
Fabricación local de vehículos eléctricos y producción nacional en ascenso
La región está demostrando su capacidad para desarrollar soluciones de transporte sostenible gracias a empresas locales que fabrican vehículos eléctricos.
Desde pequeños emprendimientos hasta grandes corporaciones, el esfuerzo conjunto está cambiando la cara del transporte en el continente.
La fabricación de vehículos eléctricos en América Latina está cobrando relevancia, impulsada por el deseo de reducir costos de importación y desarrollar una industria local competitiva.
Argentina y Brasil son un ejemplo.
Coradir, en Argentina, lanza modelos de VE diseñados para uso urbano, mientras que en Brasil, BYD anunció inversiones en la fabricación de autos eléctricos en sus plantas locales.
La fabricación local no solo genera empleos, sino que también abre oportunidades en la cadena de suministro, como la producción de baterías y componentes eléctricos. Países con recursos estratégicos, como el litio en Bolivia, Argentina y Chile, pueden desempeñar un papel clave en esta industria, proporcionando los materiales esenciales para la producción de baterías.
Gestión y reciclaje de baterías
Uno de los mayores desafíos de la electromovilidad es la gestión de baterías en su segunda vida y su reciclaje.
En Costa Rica, por ejemplo, el Gobierno desarrolló una hoja de ruta para la gestión de baterías de VE, fomentando la creación de empresas especializadas en reciclaje y reutilización.
Estas compañías pueden aprovechar los componentes de baterías usadas para otros sectores, como sistemas de almacenamiento de energía para hogares y redes eléctricas.
En el caso de Colombia, por ejemplo, las normas de reciclaje para baterías de vehículos eléctricos continúan a la espera.
Hasta la fecha, el país no cuenta con un marco regulador que aborde de manera integral el reciclaje, la reutilización o la disposición final de las baterías de VE e híbridos.
Aunque en 2021, se había planteado la necesidad de establecer un marco para el segundo y tercer uso de estas baterías, la realidad es que este proceso no llegó a puerto, lo que le abre la puerta a la electromovilidad para seguir explorando nuevas oportunidades.
Integración con energías renovables
La combinación de electromovilidad con energías renovables es una tendencia que está ganando tracción en América Latina.
Países con abundantes recursos solares y eólicos, como Chile y Uruguay, están explorando modelos de carga de VE alimentados por energías limpias.
La tecnología vehicle-to-grid (V2G) está en fase de pruebas en algunos mercados, permitiendo que los vehículos eléctricos devuelvan energía a la red en momentos de alta demanda, optimizando el uso de electricidad renovable.