El Cambio Climático, en mayúsculas, es una realidad contundente, tanto, como lo es el calentamiento global, heraldo de todo el proceso.

NASA Earth Observatory.
Este, a su vez, es atribuido, no sin razón, al incremento de las concentraciones de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, de los cuales, por sobradas razones, el CO2 es su buque insignia.
La figura izquierda (fuente: NASA Earth Observatory) identifica, sin ambigüedades, a las actividades antropogénicas como responsables del calentamiento global, al tiempo que exime a la madre naturaleza.
De estas, el sector transporte representan ¼ del total, amén de otros gases no menos nocivos como remarca la figura derecha.

Environmental Protection Agency, EPA.
A su vez, el transporte por carretera, el cual se hace, casi en su totalidad a partir de derivados del petróleo, aporta las ¾ partes del CO2 del sector . La figura inferior compara las emisiones de CO2 de los vehículos eléctricos (VE) y de los vehículos de combustión (VC) en Europa. Según la gráfica, las emisiones de los VC triplican las de VE, a pesar de que la energía consumida por estos es aún generada, casi en su totalidad, por combustibles fósiles (CF), por lo tanto, a medida que se vayan reemplazando los CF por fuentes de energía limpias, como solar o eólica, para la generación de electricidad, esta diferencia será aún mayor.

International Council of Clean Transportation, ICCT.
La generación de electricidad renovable ha disfrutado de un gran impulso en las últimas dos décadas, pasando de 200 a 2.800 Terawatts-Hour, previéndose, además, que seguirá creciendo y de forma acelerada, como lo indica la figura inferior, mientras que la demanda de electricidad por parte de los vehículos eléctricos (VE) se estima que crecerá de 20, actualmente, a 280 millardos de KwH en 2030, 14 veces, (McKinsey & Co.)

British Petroleum, BP.
Como se puede deducir, el incremento de VE en carretera coincide con el cambio de generación eléctrica hacia fuentes de energía limpias (menos GEI) y, como consecuencia, sistemas eléctricos más distribuidos (menores pérdidas en transmisión y distribución de electricidad), todo lo cual redundará en menor intensidad energética, mayor eficiencia, y, por lo tanto, mayor reducción de emisiones. Adicionalmente, ambos desarrollos, electricidad limpia y VE, se retroalimentan mutuamente, potenciándose y abaratando sus respectivos costos.
El escenario luce, pues, propicio para el desarrollo de los VE, no obstante, aún deben vencer algunos escepticismos pues, no en vano, los VC tienen más de un siglo entre nosotros y se ha creado toda una cultura, un misticismo, alrededor de ellos, reforzada por multitud de películas, héroes del volante y de la industria automotriz, publicidad, personalidades, deportes, estatus, etc., mas toda esta parafernalia se irá atenuando con el tiempo y el concurso de los mismos medios que la creó.

UK Department of Transport.
Según encuestas realizadas en varios de los países más industrializados, las preocupaciones del público respecto a los VE se centran en: la disponibilidad de estaciones de carga, el recorrido por carga y el costo y analicemos cada ítem.
Las estaciones de carga se han venido incrementando a la par de la flota de VE en circulación, como es natural. Hace un siglo, las estaciones para surtir de gasolina a los novedosos automóviles eran menos abundantes y, tal vez, los potenciales compradores de estos hayan tenido la misma aprensión para cambiar sus caballos por automóviles.

IHS Automotive.
El número de estaciones de carga a nivel mundial ha crecido de, prácticamente, cero a 13 millones en la última década con tendencia de crecimiento exponencial. En países industrializados el crecimiento ha sido mucho aún mayor.
En cuanto a recorrido por carga, también se han hecho notables progresos, a medida que crece la demanda y avanza la tecnología de las baterías. El recorrido por carga se ha triplicado en la última década al tiempo que su precio desciende notablemente. Por otra parte, la mayoría de los fabricantes ya ofrecen garantías de 8 años/100 mil millas por sus baterías. No obstante, se prevén más adelantos aún, a partir de nuevas tecnologías a base de litio-titanio, litio-azufre, sodio o magnesio. Ver figura inferior.

CleanTechnical & EPA.

Bloomberg NEF.
Los precios de los VE también han venido descendiendo tanto por el efecto aprendizaje como por el incremento de la producción, previéndose que se equiparen con los precios de los VC (ICE) en 2024 (figura derecha) No obstante la reducción de precios, el costo total de poseer un VE, considerando, además del precio de compra: combustible, mantenimiento, impuestos, seguros, valor de rescate, etc., también sigue descendiendo. En la Unión Europea, ya hoy en día los VE son 5 %, en promedio, más baratos que los de combustión (Fuente: CleanTechnica).

Volkswagen.
A título ilustrativo, la figura izquierda compara los costos totales de dos vehículos similares, uno eléctrico y otro de combustión (fuente: Volkswagen), en la cual se puede apreciar la diferencia. Debe enfatizarse, sin embargo, que la tecnología de los VE aún está en pañales, comparándola con más de un siglo de desarrollo de los VC, por lo cual, es de esperar, que los costos de los primeros sigan reduciéndose a la par que aumente su rendimiento.
No obstante las auspiciosas cifras, tal vez, más importante aún sea la

AAA/Statista.
concientización de los potenciales compradores de vehículos por la calidad ambiental. La figura derecha muestra los resultados de una encuesta llevada a cabo en EEUU (fuente: AAA/Statista), en la cual, además de confirmar los resultados de la encuesta arriba mencionada llevada a cabo en el Reino Unido, destaca la preocupación por el ambiente como principal razón para comprar VE, por encima de otras de índole económica, tecnológica o de comodidad.
Los notables avances en la movilidad eléctrica pronostican un atractivo futuro para los VE pero, quizás, más aún las expectativas. Un artículo publicado por GreenTechMedia puntualiza:
“La OPEP ha multiplicado por cinco sus estimaciones previas de ventas de VE, en un solo año, entre 2015 y 2016, a la par que ha anunciado que estos retirarán del mercado ocho millones de barriles de petróleo diariamente».
La Agencia Internacional de Energía (IEA) ha más que duplicado sus propias estimaciones de ventas de VE.
Exxon, BP y Statoil prevén que 100 millones de nuevos VE se incorporen a las carreteras entre 2030 y 2035.
Bloomberg estima que las ventas acumuladas de VE alcanzarán 530 millones en 2040, un tercio del mercado total automotriz.
Wood Mackenzie considera que los VE alcanzarán 85 % de las ventas totales de vehículos en 2035.
Como se puede observar, todos los pronósticos son al alza. Tal vez, las mismas estimaciones previas, muy conservadoras, han estado ralentizando el cambio. A veces: “el error no está en fallar, sino, en apuntar bajo”.
Adicionalmente, durante los últimos meses, un nutrido grupo de países industrializados han venido anunciando medidas contundentes y ambiciosas para retirar de las carreteras los VC con miras a alcanzar cero o neutralidad de emisiones de carbono en 20250, entre ellos, países europeos, Japón, China, EEUU y otros. Algunos, tan temprano como 2026 (Fuente: Electrive.com).
Difícil no concluir que la evolución de eventos luce prometedora y que, quizás, el avance de los VE se adelante aún más a las expectativas.
La transición a VE no solamente implicará importante reducción de emisiones de GEI, también, un notable incremento de eficiencia en el uso de la energía, aportando casi la mitad de la reducción de la demanda energética por este concepto, como lo indica la figura siguiente (fuente: DNV GL).

DNV GL.
“Los que dicen que no se puede no deben interferir con los que lo están haciendo”. Albert Einstein.