Opel tiene trazada una hoja de ruta clara en su inminente camino hacia la movilidad eléctrica. En concreto, en 2024 todos los modelos de la marca alemana tendrán una versión 100% eléctrica y para 2028 ya solo se ofrecerán este tipo de vehículos en los mercados europeos.
Estos coches serán de dos tipos, con batería o de pila de combustible para transformar el hidrógeno en electricidad.
Aunque el consejero delegado de la compañía, Uwe Hochgeschurtz, remarca que la suya es la única firma alemana de las catorce que forman el grupo Stellantis y eso da a sus productos un nivel tecnológico diferenciado.
También reconoce que la gran transformación que está experimentando Opel no hubiera sido posible sin pertenecer a este holding automovilístico.
«Somos más fuertes, tenemos una confianza mayor y estamos invirtiendo en nuestras plantas, lo que nos ha permitido alcanzar una rentabilidad sostenible. Así hemos podido salvar decenas de miles de puestos de trabajo no solo de nuestros empleados, sino también entre los concesionarios y proveedores», asegura.
En la estrategia que está siendo capaz de dar oxígeno a una marca que se encontraba en una situación agónica cuando Grupo PSA la compra a General Motores en 2017, la electrificación juega un papel trascendental.
En septiembre de 2020, Opel fundó junto con otros socios la empresa Automotive Cells Company (ACC) para la producción de baterías en Europa, que cuenta con el apoyo de Francia, Alemania y la propia EU para convertirse en actor clave a nivel mundial en el campo del desarrollo y producción de baterías de alto rendimiento para la industria del automóvil.
Unos meses más tarde, Mercedes Benz se unió al proyecto, que se refuerza aún más y aumentará la capacidad de producción de los 48 gigavatios hora inicialmente prevista a al menos 120 GWh hacia el final de la década, lo que se logrará con una inyección adicional para ACC de 7.000 millones de euros.
Sin baterias en España
Las dos primeras gigafactorías europeas de Stellantis ya se están construyendo en Kaiserslautern (Alemania) y Douvrin (Francia). En una segunda fase se instalará una tercera fábrica de baterías en Termoli, Italia, y más adelante otra en el Reino Unido.
Además, Stellantis y LG Solution anunciaron el pasado mes de octubre su intención de formar una joint venture para levantar una planta de celdas y módulos de baterías en Norteamérica, que arrancará en el primer trimestre de 2024.
Con todo ello el grupo se asegura una capacidad global de más de 400 gigavatios hora para la producción mundial de baterías.
«Necesitamos cubrir toda la cadena de valor de la movilidad eléctrica. No debemos depender de la experiencia de otros en un tema tan trascendental para el futuro del automóvil como las celdas de baterías», comenta Hochgeschurtz.
«Cuando esté a pleno rendimiento, nuestra fábrica de Kaiserslautern va a proporcionar 800.000 baterías para vehículos eléctricos al año, lo que nos permitirá transferir hasta el 40% del coste de esos vehículos desde Asia hasta Europa», agrega.
En la actualidad, la compra de un coche eléctrico es mucho más cara que la de uno con mecánica tradicional, pero la intención es que esa enorme diferencia de precio se vaya acortando poco a poco.
«El acceso a la electromovilidad es una prioridad para Opel y nuestro objetivo es que el coste total de propiedad (compra, más gastos de uso y mantenimiento) de los vehículos eléctricos se equipare con los de combustión en 2026», manifestaba el presidente de Opel.
En cuanto a España, y a raíz del 40 aniversario del Corsa, Hochgeschurtz afirma que «ha sido el vehículo más vendido en el Reino Unido y el utilitario más vendido en Alemania en 2021».
Y alabó el trabajo de los profesionales de Figueruelas y dijo: «La planta de Zaragoza produce el Corsa y el Crossland, dos de nuestros modelos de más éxito, lo que demuestra a las claras la importancia de Figueruelas para Opel», según informó El Mundo.