Chile | Vehículos Eléctricos
jueves 13 de febrero de 2025
Cifras alentadoras. Buses, taxis y autos de aplicaciones consolidaron movilidad eléctrica chilena en 2024
El crecimiento de la movilidad eléctrica en Chile impulsó la incorporación de miles de vehículos eléctricos en el sistema de transporte. Buses, taxis y autos de aplicaciones como Uber y Cabify han acelerado la transición energética.
Los taxis forman parte importante de la movilidad eléctrica en el país.
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El 2024 cerró con una cifra histórica para la movilidad eléctrica en Chile: más de 10.000 nuevos vehículos eléctricos fueron incorporados al sistema de transporte, incluyendo buses, taxis y autos de aplicaciones.

Este crecimiento ha sido impulsado por una combinación de políticas públicas, licitaciones, subsidios e inversiones privadas que han permitido que la movilidad sostenible gane terreno de manera acelerada.

Uno de los pilares de este avance ha sido el transporte público, con la llegada de 1.764 nuevos buses eléctricos en los últimos cuatro años.

En enero de 2024, el sistema Red Movilidad de Santiago alcanzó un total de 2.414 buses eléctricos en operación, consolidando a la capital chilena como la ciudad con más cantidad de vehículos cero emisiones de este tipo en América Latina.

Por otro lado, el programa «Mi Taxi Eléctrico«, promovido por el Gobierno, ha permitido la incorporación de 200 taxis eléctricos en Santiago y otras regiones del país, reemplazando unidades de combustión interna y reduciendo la huella de carbono en el segmento del transporte individual de pasajeros.

Así lo afirmó a este medio Bogdan Gjuranovic, jefe nacional de Mi Taxi Eléctrico.

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Uber y Cabify aceleran la adopción del vehículo eléctrico

Las aplicaciones de movilidad han sido otro factor clave en la transformación del parque automotor. En 2024, Uber anunció un acuerdo con BYD para la incorporación de 100.000 vehículos eléctricos en América Latina y Europa.

Aunque no hay una cifra exacta para Chile, una estimación conservadora sugiere que el país podría recibir entre 5.000 y 10.000 de estas unidades, impulsando aún más la masificación de la electromovilidad.

«Las ventas de vehículos eléctricos fueron impulsadas sobre todo por las flotas de Uber y taxis eléctricos en las calles», analiza Andrés Pizarro, gerente comercial de Enérgica City Chile en diálogo con Mobility Portal Latinoamérica.

En paralelo, Cabify también ha iniciado la transición hacia una flota más limpia en Chile, sumando taxis eléctricos a su servicio en Santiago. Aunque la empresa no ha entregado cifras exactas, se estima que su aporte podría oscilar entre 500 y 1.500 unidades en los próximos años.

El rol del transporte público en la movilidad eléctrica

Uno de los principales impulsores del crecimiento de la electromovilidad en Chile ha sido la transformación del transporte público. Santiago, como epicentro de esta evolución, ha implementado un modelo de buses eléctricos que se expande constantemente.

A través de diversos procesos de licitación, la flota de buses eléctricos en la capital ha crecido significativamente, con miras a cumplir los objetivos de descarbonización planteados.

buses electricosEn este contexto, el sistema de transporte público ha incorporado cientos de buses eléctricos en los últimos años.

La meta del Gobierno es que la totalidad de los buses urbanos sean cero emisiones para 2035, alineándose con el compromiso del país de reducir la huella de carbono del sector transporte.

 

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Infraestructura de carga: avances y desafíos

El crecimiento acelerado de la flota de vehículos eléctricos en Chile ha puesto de manifiesto la necesidad de una infraestructura de carga robusta y accesible.

Según datos de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), al cierre de 2023 Chile contaba con 1.214 puntos de carga públicos instalados en todo el territorio. Este número representa un incremento significativo respecto de años anteriores, evidenciando el compromiso del país con la electromovilidad.

Sin embargo, la distribución de estos puntos de carga es desigual. Solo el 34% de las comunas del país cuentan con estaciones de carga públicas, mientras que el 66% restante aún carece de esta infraestructura.

La Región Metropolitana concentra la mayoría de los cargadores, con 692 unidades, representando más del 75% del total nacional. En contraste, regiones como Valparaíso y Los Lagos cuentan con 42 y 27 cargadores respectivamente, evidenciando una brecha significativa en la disponibilidad de infraestructura de carga a nivel nacional.

Para abordar estas disparidades, el Gobierno, a través de la Seremi de Energía y la Agencia de Sostenibilidad Energética (AgenciaSE), está trabajando en un Plan Nacional de Infraestructura de Carga Pública.

El mismo proyecta que, para 2025, los puntos de carga en rutas interurbanas estén ubicados a no más de 100 kilómetros entre sí, facilitando así los desplazamientos de larga distancia en vehículos eléctricos.

Además, se están explorando alianzas con el sector privado, incluyendo empresas mineras, para financiar y desarrollar la infraestructura necesaria en diversas regiones del país.

En el ámbito privado, también se han registrado avances significativos. Durante 2023, se autorizaron 279 instalaciones de carga privadas, que suman 860 cargadores y una potencia instalada de 53,55 Mw.

Estas instalaciones, aunque concentradas principalmente en la Región Metropolitana, representan un paso importante hacia la consolidación de una red de carga que soporte el creciente parque de vehículos eléctricos en el país.

Un récord histórico que redefine el transporte en Chile

Si sumamos las incorporaciones en todos los segmentos del transporte, Chile cerró 2024 con una cifra que oscila entre 7.464 y 13.464 nuevos vehículos eléctricos, dependiendo de la ejecución final de los programas de Uber y Cabify.

Este crecimiento sin precedentes refleja la consolidación de la electromovilidad en el país y su impacto en la reducción de emisiones contaminantes. Con una oferta cada vez más amplia de modelos eléctricos, precios más competitivos y una infraestructura de carga en expansión, Chile avanza firmemente hacia un transporte público y privado más limpio y eficiente.

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Sin embargo, los desafíos persisten, especialmente en términos de infraestructura de carga y financiamiento para masificar la adopción de estas tecnologías.

Aun así, el 2024 marcó un punto de inflexión en la transformación del transporte chileno, con un panorama donde la movilidad eléctrica dejó de ser una tendencia para convertirse en una realidad tangible y en plena expansión.

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