La salida de Reino Unido de la Unión Europea, conocida como Brexit, fue anunciada en 2019 y se materializó a través del Acuerdo de Retirada que entró en vigor el 31 de enero de 2020.
Pese al tiempo que lleva implementada, las tensiones y necesidades de renegociación en distintos ámbitos no cesan. Hoy le toca a la industria de la movilidad eléctrica estar en la lupa.
A principios de esta semana, el grupo automotriz Stellantis amenazó con cerrar sus plantas de automóviles en el país si no se revee el acuerdo del Brexit.
Stellantis es propietaria de las marcas Vauxhall, Peugeot, Citroen y Fiat, y es responsable de alrededor de 5.000 puestos de trabajo en Reino Unido.
Los mismos se encuentran en estado incierto luego de las declaraciones del CEO, Carlos Tavares.
La tensión radica en el acuerdo comercial establecido en el Brexit.
Según se fijó, a partir de 2024, el 45% del valor de un vehículo eléctrico vendido en la Unión Europea debe provenir de un estado miembro o del Reino Unido para evitar los aranceles.
El mayor problema de ello, es el precio de un paquete de baterías, que puede representar la mitad del costo de un vehículo eléctrico nuevo.
Y Europa no tiene una industria de fabricación de baterías lo suficientemente grande para autoabastecer su producción.
Desde Stellantis sostienen que los aranceles tanto a las exportaciones a Gran Bretaña como a las importaciones desde allí, serán una gran desventaja competitiva para la industria europea en relación con los rivales comerciales asiáticos.
Por su parte, la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA) presiona para la Unión Europea y Gran Bretaña pospongan el acuerdo fijado para 2024.
Desde el ente afirman que aplicar las reglas del Brexit obstaculizaría la transición a los vehículos eléctricos.
En este contexto, el Gobierno de Gran Bretaña, anunció que está en conversación con Bruselas para que el conflicto no escale.
«Esperamos poder llegar a una resolución con la Unión Europea sobre esto», planteó el portavoz del primer ministro, Rishi Sunak.
La situación de Stellantis
Stellantis posee dos fábricas en Reino Unido, Ellesmere Port y Luton.
Desde esa posición, la multinacional insta al gobierno británico a renegociar el acuerdo del Brexit para garantizar la rentabilidad de su producción en Inglaterra.
Según advirtieron, podría enfrentar aranceles del 10% en las exportaciones a la Unión Europea debido a las reglas sobre el origen de las piezas.
Situación que afectaría significativamente al precio final de venta de las furgonetas eléctricas fabricadas en la planta de Ellesmere Port.
En este panorama, Stellantis presiona para que los dos actores mantengan el statu quo hasta 2027, con una revisión de los arreglos para la fabricación de piezas en Serbia y Marruecos.
Por el momento, desde el gigante automotriz fueron contundentes:
“Si el costo de la fabricación de vehículos eléctricos en el Reino Unido se vuelve poco competitivo e insostenible, las operaciones se cerrarán«.
Además, advirtieron que las reglas actuales implican que los fabricantes podrían mudarse al extranjero.
En este sentido, se señala la decisión de la compañía alemana BMW de dejar de fabricar su nuevo Mini eléctrico en el país y al cierre de Honda de su planta en Swindon.
¿Qué son las reglas de origen de las piezas?
La regla de origen exime de aranceles a los coches que estuviesen fabricados con al menos el 40% de sus materiales de origen local.
Ese porcentaje subirá al 45% el año que viene y hasta el 55% en 2027.
En su momento, Stellantis aceptó la regla y decidió mantener parte de su producción de coches eléctricos en Reino Unido.
Pero, uno de los problemas que emergieron tiene que ver con el encarecimiento de las materias primas desde ese entonces, a causa de la guerra de Rusia y Ucrania.
Otro problema, es que mientras se espera que las fábricas de baterías europeas den comienzo a su producción y logren el autoabastecimiento de la industria regional, la dependencia a las baterías asiáticas es inevitable.
Esto imposibilita cumplir con la regla de origen del citado Acuerdo de Comercio y Cooperación firmado entre las partes.
Las baterías
Las barreras comerciales y la falta de plantas de baterías para automóviles eléctricos en Reino Unido son los problemas centrales de la industria de la movilidad eléctrica.
Estados Unidos, China y la Unión Europea otorgan subsidios para la instalación de dichas fábricas, pero el país anglosajón aún no.
En este sentido, el ex ejecutivo de Nissan Andy Palmer, dijo que el Reino Unido se estaba «quedando sin tiempo» para desarrollar su propia industria.
De esta forma, el mercado europeo demanda previsibilidad a las administraciones pero por el momento obtienen incertidumbre.
Así, la dificultad para el comercio de vehículos eléctricos entre Reino Unido y la Unión Europea parece ir en aumento.