Según confirmó el jefe de la Oficina de la Gubernatura, Javier García Chávez, el estado de Morelos proyecta rutas piloto para el próximo año en su plan de modernización del transporte público.
El funcionario además subrayó que la modernización del sistema dependerá tanto de factores financieros como de la disponibilidad de unidades eléctricas adaptadas al sistema local.
“Las unidades modernas dependen de las líneas crediticias y de la disponibilidad de ciertos vehículos, entonces es muy probable que a principios del próximo año podamos ya mostrar a la sociedad cuáles serían”, adelantó en declaraciones a medios.
Rediseño de rutas en evaluación para el transporte público
Actualmente, la administración estatal se encuentra en la etapa de análisis técnico del proyecto. Este trabajo incluirá un diagnóstico detallado del estado del parque vehicular, condiciones de operación, potencial de electrificación por ruta y modelos de inversión público-privada.
La Secretaría de Movilidad y Transporte (SMyT) será la encargada de liderar este proceso junto a la Oficina de la Gubernatura.
“Este segundo semestre tenemos que acabar con todo el diagnóstico: la ruta, la forma de inversión, de asociación con los transportistas, todo el rediseño de las rutas. Pero esto tiene que pasar por la aprobación de los compañeros de las diferentes asociaciones”, explicó García Chávez.
Una de las claves del proyecto es el rediseño de rutas para adaptarlas a la autonomía de los autobuses eléctricos, así como la planificación de infraestructura de carga que será clave para el nuevo concepto de transporte público.
Esto incluye tanto estaciones de carga rápida como el análisis de tarifas energéticas preferenciales, necesarias para garantizar la viabilidad operativa y financiera del modelo.
Viabilidad financiera: líneas de crédito y subsidios en análisis
Uno de los principales factores que determinará la implementación del transporte eléctrico es el acceso a líneas de financiamiento para la adquisición de unidades.
Las autoridades ya iniciaron conversaciones con entidades financieras y organismos internacionales interesados en apoyar iniciativas de movilidad sostenible en estados con alta densidad urbana.
A nivel nacional, Morelos podría acceder a los programas de financiamiento gestionados por Banobras y la Secretaría de Hacienda, que promueven la renovación de flotas con vehículos cero emisiones.
De concretarse el respaldo financiero, se facilitaría la incorporación de unidades nuevas sin trasladar el costo total a los concesionarios.
Además, se evalúa la posibilidad de subsidios parciales al componente eléctrico o a la infraestructura de recarga, en línea con los estándares que exige el desarrollo de hubs de movilidad limpia para el transporte público.
Transportistas: el rol clave en la transición
El éxito del proyecto depende, en gran parte, del consenso con los operadores actuales del transporte público.
Las rutas colectivas en Morelos están gestionadas por asociaciones de transportistas, por lo que el Gobierno estatal ha iniciado una ronda de conversaciones con los principales gremios para lograr un acuerdo que facilite la reconversión tecnológica.
“Este diálogo con transportistas puede concluir alrededor de noviembre para dar la siguiente pauta del proyecto y que a inicios del siguiente año se tengan las unidades modernizadas”, afirmó García Chávez.
Sin embargo, uno de los puntos más sensibles en la negociación es la actualización de la tarifa mínima del pasaje. Desde agosto de 2024, los gremios han solicitado una revisión que permita ajustar la tarifa ante los incrementos en costos de operación.
Esta revisión tarifaria se plantea como una etapa previa a la electrificación, ya que de ella dependerá la rentabilidad del nuevo modelo.
La iniciativa busca alinear a Morelos con los compromisos nacionales en materia de movilidad sostenible en transporte público.
La electrificación del transporte colectivo permitiría reducir emisiones locales de gases contaminantes, mejorar la calidad del aire en zonas urbanas y disminuir el ruido vehicular, uno de los principales factores de estrés ambiental.
Además, las unidades eléctricas ofrecen una reducción de hasta el 40% en costos operativos respecto a los modelos a diésel, gracias al menor gasto energético y a los menores requerimientos de mantenimiento.
Estos beneficios son claves para asegurar un modelo financiero sostenible a mediano plazo y que el transporte público del Estado sea un éxito a nivel sostenibilidad.